12 May 2019

Escuchemos la voz de nuestro Pastor

“Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos” (Jn 10, 27-28)

Mis amados hermanos y hermanas, somos ovejas del redil de Jesús. Hay buenas ovejas como también hay buenos pastores, hay más ovejas como hay males pastores. Necesitamos ser cada vez más buenas ovejas, porque la buena oveja es aquella que escucha la voz de su pastor y sigue a él. La oveja que escucha la voz del pastor no se pierde, pero encuentra siempre su lugar para reposar y descansar junto a su pastor.

Es linda la imagen del pastor guiando sus ovejas. Yo personalmente vi esta escena alguna veces en el Brasil y en Israel, la tierra de Jesús. Las ovejas en orden, en cola, si una sola de ellas se distrae, las demás se distraen.

Mira, se distraer por el camino es una tentación y, hoy, más aún, porque vivimos en el mundo de las distracciones, muchas cosas esta hecha para distraer nuestra atención. Tu, padre y madre, saben que se tenemos un niño junto de nosotros en medio de la multitud, basta solo una distracción para el niño perderse.

En el mundo en que estamos, las distracciones que parecen ser buenas, pueden ser peligro para que los nuestros se pierdan también. Lo que nos lleva a perdernos, sea adultos o niños, es perdernos la voz del Pastor, es dejarnos guiar por las distracciones que el mundo nos ofrece, que nos quitan de nuestro objetivo, de nuestra atención lo que es esencial y fundamental.

Es necesario despertar, dar atención a la voz del Pastor para que no arranquen nuestra vida de las manos de Él

Nada es más importante para un discípulo que escuchar la voz de Su Maestro, nada es más importante para una oveja que escuchar la voz de su pastor, nada es más importante para un hijo que escuchar la voz de su padre y de su madre. Cuando no escuchamos más aquella voz, nos perdemos. Y, muchas veces, nos perdemos eternamente, porque nos desviamos, y la vida comienza a seguir caminos y proporciones que no son de Dios.

Muchas personas eran de la Iglesia, hoy, no son más; muchas personas serviran, testimoniaron y hablaran de Dios, pero hoy, no hablan y ni siguen más. Porque, poco a poco, fueron se dejando distraer, siendo atraídos por otras voces. Y no necesitamos juzgar y condenar nadie, porque ese riesgo todos nosotros coremos.

Vamos mantener nuestra atención en un único Pastor que es Jesús y escuchemos todos los días Su voz, porque en medio de tanta confusión, el mundo en que vivimos en muy confuso y, muchas veces, las cosas dentro de la propia Iglesia son confusas, acabamos perdiendo, quedando triste y herido. Y, la primera cosa que se hiere es el oído de la escucha de Dios.

Escuchamos más personas, pero nuestros problemas, nuestras heridas y nuestros dramas que a Dios. Cuando eso ocurre, es mal para la oveja, porque de la señal amarillo para la roja falta muy poco. Es necesario despertar, dar atención a la voz del Pastor, para que arranquen nuestra vida de las manos de Él, porque Él vino para cuidar de nosotros.

Es necesario escuchar el Pastor para que Él cuide realmente de nuestra vida.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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