18 Jun 2022

Entrega, en las manos de Dios, tu vida

“Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará al otro, o bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero. Por eso yo les digo: No anden preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y más valioso el cuerpo que la ropa?” (Mateus 6,24-25).

Bueno, mis hermanos, nosotros no podemos vivir nunca divididos. El ser humano no fue hecho para vivir dividido. ¡Nosotros tenemos eso ya desde nuestros primeros padres, cuando Adan y Eva se dividirán, cuando dejaran en el corazón, justamente, la semilla del mal alejarlos de Dios; nosotros sabemos que fue un caos, ¡fue terrible!

Entonces, nuestra constitución no fue hecha para elegir duplas, pero nosotros fuimos hechos para la elección únicas, elección definitivas. Amar algo y, al mismo tiempo, tu contrario, puede provocar una perturbación interior. Por eso que Jesús advierte Sus discípulos y advierte cada uno de nosotros. No puedo amar al mismo tiempo alguna cosa y al contrario. Eso puede hacernos daño espiritual, un daño interior.

Ahora, hoy, yo y tu necesitamos preguntarnos para que eso sea claro para nosotros: “¿Cómo estoy viviendo?”, “¿Cuáles son mis valores?”, “¿En lo que creo?”, “¿Que elegi ara mi vida?”, ¿Cual es mi condición?”. Y aquí nosotros podríamos enumerar todas las cosas: “Soy bautizado”, “Soy un catolico”, “Soy casado”, “Soy padre”. Y aquí, en nuestra vida todo necesita pasar por estos criterios.

El camino para la liberación es confiar que estamos en las manos de Dios y necesitamos permanecer en las manos de Él

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Bueno, voy poner la ultima pregunta: “¿Mis elecciones se encajan en eso?”, “¿Aquello que elegí para mi vida, hoy, esta de acuerdo con mi identidad, con aquello que elegí vivir?”. De aquí, nosotros ya tenemos un buen examen de consciencia.

El problema que Jesús presenta aquí, justamente, es la posesión. El problema es la posesión, no solo la posesión de bienes, pero eso puede convertirse también manifesto en la posesión de las relaciones, en las relaciones, en el trabajo, posesión hasta incluso en nuestra vocación. Agarrarse a estas realidades para que, después, nuestro corazón no tenga más capacidad de ver Dios.

Entonces, vamos pedir que, hoy, por la fuerza de la Palabra de Dios, eso sea roto y que, en nuestro corazón, hoy, tenga solo una opción. Ese es el camino para la liberación: confiar que nosotros estamos en las manos de Dios y necesitamos permanecer en las manos de Él.

En el final del Evangelio, Jesús dijo: “No anden preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo, con nada”, porque nosotros estamos en las manos de Dios.

Existe algo que nosotros necesitamos creer, que es Dios que nos da. Si nosotros elegimos hoy por Dios, si hacemos una opción única por Él y se permanecemos en el camino de Él, nosotros no debemos preocuparnos, porque Dios cuidara de nosotros. Entonces, hoy, la pregunta para nosotros es sobre nuestras elecciones. ¿Queremos estar realmente en las manos de Dios y solo en las manos de Dios?

Sobre todos vosotros, la bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!

Pai das Misericórdias

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