“Felipe encontró a Natanael y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret” (Jn 1, 45).
La Iglesia nos da, hoy, la gracia de celebrarnos San Bartolomeu, también identificado en el Evangelio como Natanael. Es a Natanael que Filipe se dirige diciendo: “Encontramos aquel de quien Moises se ha referido”. Encontramos aquel de quien Moises se ha referido”. En otras palabras: “Mira, nosotros encontramos el Mesías, encontramos el Salvador”.
Filipe es aquel que va decir para Natanael quien él encontró en la vida. Que belleza cuando encontramos el sentido y la razón de la vida, y nosotros vamos apuntar para los demás, vamos decir para los demás aquello que nosotros encontramos. Yo sé que las personas son muy adaptadas a llevar para los demás novedades — y, muchas veces, las novedades son chismes, la novedad es hablar de la vida de los demás, es satisfacer aquellas curiosidades del corazón. Muchas veces, lo que la persona tiene para contar es solo cosas vacías, fútiles y sin utilidad ninguna.
Que belleza encontrar a alguien que va a decir: “¡He encontrado la razón de mi vida!”, “¡Me he encontrado, hoy, con Jesús!”, “¡Me he encontrado, hoy, con mi Señor!”, “¡He encontrado el sentido de mi existencia!”. ¡Como es importante decir esto a los demás! Como es importante dejarnos aquellas actitudes fugaces y mundanas de solo querer llevar para los demás las curiosidades de este mundo, siempre hablando de actores, actrices, de eso y de aquello, pero no llevamos para el otro aquello que da sentido a nuestra vida.
Para comenzar a seguir Jesús, necesitamos vivir con simplicidad y autenticidad de vida
Por supuesto que, muchas veces, no da para llevar lo que nosotros no tenemos; si no nos encontramos con Jesús, ¿cómo vamos hablar que nos encontramos con Él? Si nos encontramos solo en medio a las cosas de este mundo, son las cosas de este mundo que vamos referirnos y hablar a los demás. Pero Filipe encontró al Señor y fue llevar a Natanael.
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Natanael/Bartolomeu cuestiono: “¿Espere, puede ser que, por acaso, venga alguna cosa buena de Nazareth? Nazareth es una ciudad pequeña e insignificante …. ¿Cómo puede venir alguna cosa buena de allí?”. Jesús, cuando ha visto de lejos a Natanael, dijo: “Allí viene un israelista de verdad, un hombre sin falsedad”.
No piense que Dios se aburre con nuestros cuestionamientos, lo que nos aleja de Él es la hipocresía y la falsedad, es sernos aquello que no somos. Ser auténticos no nos aleja de Él. Dejar que Dios nos muestre el camino de la verdad, es dejar que Él purifique nuestros cuestionamientos. Pero lo que es difícil es querer seguir a Jesús y no sernos auténticos, no sernos verdaderos, por eso el cuestionamiento de Natanael fue bienvenido por Jesús, y Él entonces exalto su autenticidad, exalto el hombre sincero y verdadero que era Natanael.
Que él nos enseñe que, para comenzar a seguir Jesús y convertirnos verdaderos discípulos del Maestro, necesitamos vivir con simplicidad la autenticidad de vida,
¡Dios te bendiga!