19 Sep 2023

En Dios, encuentre consuelo para tu sufrimiento

“En seguida, Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba. Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: «No llores». Después se acercó y tocó el féretro. Los que los llevaban se detuvieron y Jesús dijo: «Joven, yo te lo ordeno, levántate».” (Lc 7, 11-14).

Para que puedas reflexionar y comprender el vídeo necesitas ‘accionar el subtitulo en español’:

Un episodio interesante porque esta mujer, en la condición en que se encontraba, ha atraído la mirada compasiva de Jesús, que estuvo en contacto con muchas situaciones de la vida humana: matrimonios, fiestas; pero también: muerte, sufrimiento y hambre. La muerte fue una de ellas – como el Evangelio nos presenta.

Jesús llegó a Naim, justamente en el momento en que llevaban un difunto para ser enterrada. Hasta en los días actuales, Naim es un pueblo, una ciudad muy pequeña que queda cerca del Monte Tabor. Seguramente, todos se conocen en aquella ciudad – y todos se conocían en aquel entierro.

Los detalles del Evangelio nos dan la seguridad de que era un dolor inmenso lo que aquella mujer estaba viviendo: viuda y, ahora, su hijo único ha muerto. Pierde el marido y pierde el hijo único. Una mujer sin su único fruto y también sin pertenecer al marido.

Dios consuela de verdad Su pueblo, ese sufrimiento y este dolor están con sus día contados

Porque el matrimonio tenía esta connotación de “pertenecer”. La mujer tenía un punto de referencia. Ha perdido todas las dos realidades. Su ordene suena un poco extraño delante del dolor de aquella mujer – la ordene de Jesús – , “No llores”.

¿Cómo tu vas decir para alguien que acabo de perder el hijo único para no llorar? ¡Es un poco extraño, pero no! Jesús, en la verdad, quiere poner un fin para aquel sufrimiento. Decir “No llores” es porque Cristo pone fin a un dolor que parecía no tener fin. Jesús pone fin al sufrimiento humano, Él llega justamente para consolar y decir a ella: “No llores”; es como decir: “Tu sufrimiento va terminar. Estoy aquí”.

Ese Evangelio llega a todos nosotros, especialmente, aquellos que acompañan ahora el canal (Homilia Diaria) y pueden experimentar en la propia piel de la perdida de alguien. Esta realidad en los días de hoy es enfrentada, muchas veces, en la soledad, en el abandono, y ese sufrimiento hoy tendrá fin, porque Jesús también quiere decir a cada uno de nosotros: “¡No llores!”.

Dios consuela de verdad Su pueblo, ese sufrimiento y ese dolor están con sus días contados. No es solo un consuelo afectivo, pero es plantar la esperanza dentro del corazón de cada uno de nosotros, esperanza de que, un día, serán restituidos todos aquellos de los cuales nos separamos, por un momento, por la muerte, la seguridad de la resurrección. Eso es fe y cristianismo.

Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!

Pai das Misericórdias

Pedido de Oración

Enviar
  • Aplicativo Liturgia Diária

    Com o aplicativo Liturgia Diária – Canção Nova, você confere as leituras bíblicas diárias e uma reflexão do Evangelho em texto e áudio. E mais: você ainda pode agendar um horário para estudar a palavra por meio do aplicativo.