21 Apr 2020

Es necesario nacer del Espíritu

“El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu” (Jn 3, 8)

La verdad maravillosa de nuestra vida es el Espíritu Santo en ella, es el Espíritu en nosotros que nos hace renacer para la gracia. ¿Así como el viento viene y va, quien puede y retener? ¿Quien puede determinar que el viento llegue en algún lugar?

El hombre que nace del Espíritu es el hombre que va para más allá de sus dimensiones. No podemos simplemente determinar, instrumentalizar ni contener la acción del Espíritu Santo de Dios en nosotros.

Somos movidos por la lógica y por las cosas determinadas. Nuestros horarios y acontecimientos son así, pero, de repente, viene el Espíritu y agita, renueva y cambia todo. Y el hombre dócil al Espíritu es aquel que se deja llevar para la vida en el Espíritu en todo y cualquier lugar.

La vida en el Espíritu no es simplemente cuando estamos alabando, bendiciendo y alabando a Dios; la vida en el Espíritu ocurre en el sufrimiento, en el dolor, en la enfermedad, en la negación, en la probación y en la privación. La vida en el Espíritu ocurre en el combate, sin embargo, en las pierdas y en ganar. La vida en el Espíritu es saber, en todas las situaciones, tener la mirada de la gracia, es dejar ser guiado por el Espíritu no para vivir en la bonanza, pero es saber, en la abundancia y también en la indigencia, tener vida en Dios.

Necesitamos nacer del Espíritu para ver siempre, de forma nueva, la acción transformadora de Dios en nuestra vida

Algunas personas dicen: “Estoy siendo muy probado por Dios”, “Estoy perdiendo eso”, “Estoy sufriendo eso”, “Estoy enfrentando eso”… Enfrentemos toda y cualquier realidad en el poder del Espíritu, porque el viento sopla aquí y allá, para el norte, para el sul, para el leste y para el oeste. El viente sopla para el frio, para el calor; no importa a situación, donde quiere que este, que el viente del Espíritu esta en nosotros.

Es necesario nacer del Espíritu, y nacer del Espíritu es tener la mentalidad del Espíritu y no la mentalidad del mundo. La mentalidad del mundo es perversa, engañadora, es aquella que nos lleva a querer la vida a partir de la mirada de bonanza, de tener todo, de todo ser fácil, de todo estar a nuestros pies.

La mirada del Espíritu es aquel que nos lleva a ver todo en la perspectiva de la gracia. Sea a los pies de la cruz, sea en el cenáculo del Pentecostes, sea en la multiplicación de los panes, sea en estar en la enfermedad, en el dolor y en el sufrimiento. En toda y cualquier situación de la vida, necesitamos nacer del Espíritu para ver siempre, de forma nueva, la acción transformadora de Dios en nuestra vida.

Necesitamos nacer del Alto para mirar las cosas del Alto con aquella mirada que Dios tiene, para ver del Alto las cosas con las mirada de Dios.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

Pedido de Oración

Enviar
  • Aplicativo Liturgia Diária

    Com o aplicativo Liturgia Diária – Canção Nova, você confere as leituras bíblicas diárias e uma reflexão do Evangelho em texto e áudio. E mais: você ainda pode agendar um horário para estudar a palavra por meio do aplicativo.