“Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá” (Lucas 12, 40)
Para que puedas reflexionar y comprender el vídeo necesitas ‘accionar el subtitulo en español’:
Amados hermanos y hermanas, hoy celebramos la memoria de San Juan Pablo II, el gran Papa misionero, gran Papa de la intimidad con Dios, un hombre que hizo de su vida la voluntad de Dios. Por eso, hermanos míos, Jesús ahora también nos alerta sobre el peligro de vivir una vida cómoda.
En el Evangelio de ayer, el Señor hablaba sobre la vigilancia, y continúa en este Evangelio, pero ahora el Señor está alertando a mí y a ustedes: cuidado con vivir una vida cómoda, de cualquier manera, sin prepararse, sin planificar. Hay que estar atentos a este peligro, por eso Jesús hace la advertencia, pues no tenemos en cuenta que no seremos avisados de la hora en que debemos rendirle cuentas.
Intimidad con Dios
Esto no nos es posible tocar. Por eso estemos siempre preparados, porque, hermanos míos, nuestra preparación nos colocará en la dimensión de vivir una vida en paz. Porque, si vivimos la oración, la intimidad con Dios, si buscamos los sacramentos, estamos alimentando nuestra alma y disminuyendo las ocasiones de pecado. Y cuando el Señor venga, cuando Él aparezca, en Su segunda venida, nos encontrará preparados. Es esto lo que el Señor nos está advirtiendo, y es esto lo que el Señor quiere, que nos apartemos del peligro de vivir una vida acomodada.
Nosotros que somos hermanos, hermanas, cristianos practicantes, creemos que podemos vivir tranquilos, y esto es una trampa del demonio para que no vigilemos. Presta atención tú que eres cristiano, tú que comulgas, vas a misa… Puedes pensar: ¡estoy tranquilo, estoy en paz! ¡Engaño! El demonio quiere que no progreses, te estanques, te acomodes. Esto aquí ya está demasiado bien. Y así vamos renunciando a los sacrificios, a las penitencias, y no nos vamos preparando.
Termino diciendo lo siguiente: seremos tratados con más severidad, pues conocemos al Señor y Su voluntad.
Por lo tanto, debemos ser fieles y alejar de nuestra vida toda y cualquier infidelidad.
Presta atención: sal del acomodamiento y vive una vida en Dios para hacer siempre Su voluntad.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
