10 Jul 2019

Dios expulsa los espíritus malignos de nosotros

“Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio poder sobre los espíritus impuros para expulsarlos y para curar toda clase de enfermedades y dolencias” (Mt 10, 1).

Somos discípulos de Jesús y Él quiere que sus discípulos tengan poder y autoridad. El problema es la confusión que se crea con el poder y la autoridad en el mundo en que estamos, porque las personas confunden poder con convertirse personas poderosas, mejores que los demás. Las personas confunden autoridad con autoritarismo, en mandar y desmandar en los demás. Ese poder y autoridad son mundanos, y no es ellos que deben servir el seguidor de Jesús.

El poder que Jesús nos da, es para expulsarnos los espíritus malignos, incluso, están actuando dentro de nosotros, llevándonos a tener sed, de autoridad, voluntad de sernos mejores que los demás, mandar en los demás.

Cuando el poder de Dios actúa en nosotros, nos convertinos humildes servidores, porque existe servidores orgullosos, prepotentes, porque tiene servidores que se dicen siervos, pero son verdaderos servidores del mal, porque se dejan dominar por los sentimientos malignos. El poder que Jesús nos da es para expulsarlos primero de nosotros.

Algunos quieren entender la Palabra, creen que es simplemente realizar espectáculos, es expulsar demonios aquí y allá. Pero los demonios están actuando dentro de nuestra propria vida.

Mira la fuerza que el orgullo, la soberbia y el egoísmo existe dentro de nuestra alma. Es una fuerza maligna, estamos siempre inquietos porque fuimos contrariados, no soportamos que el otro sea mejor que nosotros, tenga más éxito que nosotros, porque dentro de nosotros existe envidia, celos. ¿Vamos ignorar eso?

El poder de Dios es para expulsarnos estos espíritus que están atormentando nuestros pensamientos; pensamientos del mal, pensamiento de maldad, pensar mal del otro, quiere mal del otro. ¿Queremos algo más mundano y perverso que eso?

El poder de Dios es para expulsarnos estos espíritus que están atormentando nuestros pensamientos

Volvemos para nuestro corazón irradiado de resentimientos mal resueltos, lleno de tristezas que no fueron sanadas y tampoco con cicatrices. Cultivemos, muchas veces, odio y incluso venganza mentales dentro de nosotros. El poder que Jesús quiere darnos es para expulsarnos de nosotros estos espíritus malignos y, de lugar donde estamos, los espíritus perversos, causadores de intrigas y confusiones.

Me quedo impresionado como personas de Dios, que predican y hablan de Él son verdaderos causadores de intrigas y perturbaciones donde están. Expulse de ti primero, para después expulsar de los demás. ¿Donde estas, tu impregnas un lugar de Dios, de paz, de amor, de ternura o tu presencia es incomoda? No incomoda porque el Evangelio causa incomodo, pero porque llevamos junto de nosotros perturbación del mal.

El poder que el Señor nos da es para expulsar el mal y, cuando lo expulsamos, somos sanados. El espíritu perverso provoca enfermedades emocionales, mentales, y el Señor no nos quiere emocionalmente enfermos. El Señor quiere que nuestras emociones sanas y curadas.

¿Cómo vamos quedar curados y sanos sino somos capaces de expulsar o permitir que la Palabra expulse el mal que esta dentro de nosotros?

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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