“Ya vino Elías y no lo reconocieron, sino que lo trataron como se les antojó. Y así también harán sufrir al Hijo del Hombre” (Mt 17, 12).

Generación perversa a la de Jesús, que no reconocieran los enviados de Dios. Primero, la referencia que Jesús hace a Elias, Juan Bautista vino con el Espíritu de Elias. Ai tu preguntas: “¿El Espíritu de Elias?”, “¿Qué espíritu de Elias?”. Es el espíritu profético, el espíritu profético que Elías tenía que fue tan importante para Israel, pero Israel también no escucho a él.

Ahora, en el nuevo tiempo que fue dado a Israel, vino el nuevo Elias, vino Juan Bautista con ese mismo espíritu anunciado, preparando, y muchos no reconocieran a él. ¡Por supuesto! Es necesario reconocer que personas se conviertan, personas escucharan Juan, se dejaran bautizar, pero los religioso en su gran mayoría, los lideres no.

Solo no se convierte o no dejamos Jesús convertir nuestro corazón, porque no aceptamos las correcciones de Dios

Como es difícil, muchas veces, nosotros, obsesionado en el mundo religioso en que estamos, con nuestras pretensiones de sernos realmente dueños del Reino de los Cielos, no convertirnos para Dios con la gracia que Él nos envía. Porque pensamos que el Reino de Dios, que la Palabra de Dios es enviada siempre para los demás, entonces estoy siendo siempre duro en culpa, en llamar la atención de los demás, y no dejo que la Palabra de Dios ejerza esta fuerza de la convección en mí.

Necesito convertirme, a cada día, y necesito entender que conversión no es simplesmente cambio de comportamiento, también es una expresión necesario, pero la conversión viene por el cambio de mentalidad. La mentalidad religiosa corrompida es una de las más perversas que existen, porque la mentalidad religiosa distorsiona se cierra, se bloquea y no se abre para ser corregida. Tu puedes mirar que una persona religiosa no quiere ser corregida, ella quiere corregir los demás; la persona religiosa no quiere ser instruida, porque ella piensa instructora de los demás, cuando, en realidad, la gracia de Dios cambia la mentalidad.

La conversión es justamente abrir la mente y decir: “Necesito aprender siempre”, “Necesito de ayuda”, “Necesito aprender ser humilde”, porque cuando no me convierto, mi actitud religiosa hace de mí una persona arrogante, con aquellas jactancias todas, con todas aquellas vanidades. Es por eso que cuando Jesús se refiere aquí a los religiosos de Su época, y tu sabes el numero de ellos, los grupos que ellos tenían, los fariseos, los doctores de la Ley, no eran los doctores de la ley civil, eran los doctores de la Ley religiosas mismo. Vamos convirtiéndonos doctores en religión, en hablar de Dios, pero no solo convertirnos o no dejamos Jesús convertir nuestro corazón, porque no aceptamos las correcciones de Dios.

Elias vino para corregir Israel, y Israel no se dejo corregir por él. En el nuevo tiempo, viene Juan corregir también Israel, e Israel no se deja convencer ni convertir por él, y ahora viene Jesús y con Él hacen aún peor, no solo no lo reciben, pero matan a él, rechazan y matan.

No podemos seguir el camino de los malos religioso, y mal religioso no es aquel que queda en casa acomodado, también es una forma mala de vivir la religión, pero el mal religioso es aquel que no acoge, es aquel que no se convierte, es aquel que quiere convertir a todos y no convierte a nosotros mismo. Acojamos, pues el tiempo de conversión.

¡Dios te bendiga!