“En aquel tiempo, sus discípulos le dijeron: «Por fin hablas claro y sin parábolas. Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios».” (Jn 16, 29-30).
Aparecen dos expresiones en el Evangelio de hoy para nuestra reflexiones. Los discípulos dicen que Jesús nos habla con nitidez y sin figuras. Las dos palabras son “parrésia” y “paroimia”, ellas son palabras similares, pero hay un significado interesante.
La primera, parresía: “hablar con parresía” quiere decir con sinceridad, abiertamente, sin ambiguedade, con audacia, sin dar vueltas, no es siempre querer hablar de su forma, pero sí con sinceridad.
Pero Jesús esta diciendo: “Yo hablo ahora abiertamente, sin dar vueltas”. Jesús siempre enseño a Sus discípulos a la verdad plena, Él fue pedagógicamente enseñando, pero Jesús nunca dejo de decir la verdad, aún que ella hay dicho en ambiente diferentes, en momentos diferentes, de una forma gradual, pero Jesús fue guiando Sus discípulos para la verdad plena.
Como es nocivo para el rebaño cuando los pastores del alma dicen medias verdades, cuando deturpan la verdad o cambian la verdad por la mentira, enseñando un camino más facil, pero un camino que no conduce al Buen Pastor. ¡Es trágico cuando los pastores del alma actúan así! Entonces, la primera palabra es parresía, hablar con osadía, con sinceridad.
Jesús nos conduce a la plena verdad hablando siempre con parresía
La segunda es “paroimia”, que es hablar de una forma que se desvía de la forma usual de hablar, no de forma enigmática, metafórica, con alegorías, con comparaciones. Y, por un tiempo, hizo parte de la didáctica de Jesús el uso de estas expresiones, las parábolas, las analogías, las comparaciones. Jesús uso muchas imágenes de su tiempo, de la culinaria, del campo, de la agricultura. Eso hizo parte del vocabulário de Él, pero todas ellas siguen en el núcleo, la esencia de la mensaje evangélica.
La paroimia es saber tener audacia de utilizar determinadas expresiones de lenguaje y expresiones, pero para llegar en un punto especifico.
Un predicador puede incluso de recursos en su oratoria. Tu, que acompaña el trabajo de evangelización de ‘Canção Nova’, va recordarse del Sacerdote Léo. Él tenía la didáctica para contar las historias, historias graciosas, pero, al final de sus historias graciosas, siempre tenía la espada de la Palabra de Dios, lo que entraba en nuestros corazones y nos hacía cambiar de vida, querer la conversión, querer Jesuscristo, quiere una vida nueva. Entonces, esta era la “paroimia”.
Y Jesús utilizó de estes dos recursos, de estas dos realidades para llegar al corazón de Sus discípulos. Jesús nos conduce a la plena verdad hablando siempre con parresia, utilizando también de determinados artificios siempre, para llegar al corazón del ser humano y hacer con que las personas cambien de vida.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
