“Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras” (Jn 14, 10-11).

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Mira esta afirmación de Jesús: “Yo estoy en el Padre y el Padre esta en mí”. La relación de Jesús con el Padre es ua profunda intimidad. Esta palabra (intimidad) es muy conocida dentro de nuestra espiritualidad, pero es importante decir que esta intimidad, aquí, no es una fusión ni una confusión, porque Jesús no desaparece. Cuando Él esta unido al Padre, Él permanece como Hijo.

Jesús no se confunde con el Padre, el amor de Ellos hace con que cada uno viva en el otro, pero siempre con su identidad. Las tres personas de la Santísima Trinidad, sin embargo están íntimamente conectadas, están lejos una de las otras — Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y al hablar de la intimidad — porque nuestra vida espiritual nos pide siempre y el padre, a veces, repite mucho aquí en las homilías — , intimidad con Jesús, intimidad con el Padre. Existen tres niveles de comunión con Dios, comunión con las personas. Y es interesante que estas tres palabras, del latin, nos ayudan a compreender eso. Tres expresiones para la comunión: intus, interior, intmus.

Son tres niveles graduales de comunión. Intus, quiere decir “dentro”; Dios esta dentro de todos nosotros. Después, un segundo nivel “más dentro”, quiere decir interior, interior que es la palabra en português; y después, el tercer nivel, que es el intmus que es “lo más dentro”.

Cuando tu cultivas tu relación de comunión con el Padre, deja Él entrar en la intimidad de tu corazón

Es interesante que nosotros necesitamos cultivar con Dios la profundidad de la intimidad con el Señor. Jesús es intimo del Padre, Su amor pasa por medio de los afectos, por la comprensión de ser Hijo amado — que recuerdes de la expresión del bautismo “Tu eres mi hijo amado”. Jesús siente el amor del Padre, comprende el amor del Padre y pasa después por la confianza incluso en aquel momento aparente de abandono en la cruz, Jesús sabe que Él es amado por el Padre.

Entonces, con eso, el padre quiere decir que nosotros también somos llamados a ese nivel de amor, a ese nivel de comunión, amor de confianza plena; confiar que Dios tiene lo mejor para nosotros. Suceda lo que suceda, estamos debajo de la protección de Dios y de amor de Él.

Cuando tu cultivas tu relación de comunión con el Padre, entra en la intimidad, deja Dios entrar en la intimidad de tu corazón y tu, incluso cuando no sientes el amor de Dios, sabe que Él te ama, sabe que Él esta cerca de ti. Aún cuando tus emociones dijeran otra cosa, tu sabes que Dios te ama.

Es a este nivel de intimidad que Jesús quiere llevarnos, para que yo y tu no abandonemos Dios por el camino, pero permanecemos con Él en los momentos de la prueba, de la dificultad y también en los momentos de la alegría, porque, dentro de nuestra alma, en nuestro intmus, “en el más dentro de nosotros”, sabemos que Dios nos ama, y nos ama mucho.

Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!