“Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas” (Jn 3, 16-19).

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¡Dios nos ama, y nos ama mucho! Él nos ama mucho que el mayor acto de amor de Él por nosotros fue haber enviado Su Hijo Unigénito, Jesucristo; nos fue haber revelado Su Hijo. Jesús es el amor del Padre revelado a nosotros.

¿Qué más Dios podría haber hecho para probar que nos ama, después de haber enviado Su Hijo Jesús? Todo nos fue dado por medio de Jesús, la salvación llegó a su pleno saludo en Jesucristo, el pan de la salvación tiene su saludo en Jesucristo.

Y Jesús ha cumplido Su misión revelando el amor del Padre y salvandonos. Él ha venido para salvarnos, no fue para condenarnos, fue para salvarnos que Jesús ha venido. Por lo tanto, todo ya nos fue fue dado, la salvación ya nos fue garantida en Jesús, ya nos fue lograda por medio de Él, sin merito ningún de nuestra parte, pero solo por la gracia de Dios que nos amó y nos salvo.

Quien es iluminado por la vida de Cristo es capaz de tener buenas acciones

Y se tratando del amor y de la salvación de Dios, nada más nos fue oculto, todo ya fue revelado. Lo que era necesario nosotros sabemos delante de la salvación, de aquello que es la salvación de Dios, Él ya nos revelo en Jesucristo. Porque Dios nos ama y quiere nuestra salvación, quiere nuestra felicidad, quiere que nosotros participemos de Su vida divina. Entonces, los anhelo de la salvación que vivian en nuestro corazón, los deseos de salvación ya nos fueron logrados en Jesucristo.

Pero para que eso, de hecho, sea logrado se hace necesario creer en el testimonio de Jesucristo. El amor y la salvación de Dios son para aquellos que tiene fe en Jesús, el Hijo de Dios; son para los que creen, se acercan de la luz, que es Jesucristo.

Quien cree en Jesucristo se pone bajo Su luz, deja con que sus acciones sean iluminadas por la vida de Él. Y quien es iluminado por la vida de Cristo es capaz de tener buenas acciones. Porque es el propio Espíritu Santo quien nos guía a realizar buenas acciones y, como sabemos, seremos juzgados según nuestras acciones, segundo el amor que nosotros hemos dado a nuestros hermanos, es por ahí que nosotros seremos juzgados; Por eso, Jesús ha venido para darnos la salvación, Él ha venido enseñarnos a tener buenas acciones.

Entonces, nosotros solo vamos saber verdaderamente amar, si estamos iluminado por la vida de Cristo, si, de hecho, creemos en Aquel que verdaderamente nos amó, Aquel que fue verdaderamente capaz de dar la vida para salvarnos.

Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!