04 Mar 2020

Deja Jesús hablar e tu corazón

“El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás” (Lucas 11, 32).

Jesús hace memoria al profeta Jonas. Él fue muy importante para el pueblo de Ninive porque esta ciudad iba ser destruida, porque (el pueblo) se dejo guiar por el pecado, se entrego al pecado, a las prevaricación, a todas las especies de maldad humana.

El mal cuando no es destruido él nos destruye; él es como un virus, una bacteria terrible, porque, en el inicio, creemos que no hay ninguna importancia: “Ah, es solo más un virus, solo más una bacteria”, pero, si no cuidamos, basta ver los varios tipos de virus y bacterias. Mira lo que coronavirus esta produciendo en la humanidad, y podríamos recordar de muchas otras pestes que ya vinieron y no fueron combatidas.

Los profesionales de la salud trabajan con intensidad para combatir los virus, para combatir lo que viene quitar nuestra vida. Y, del mismo modo, necesitamos combatir con intensidad el pecado, las maldades humana, porque es el mal que esta destruyendo nuestra alma, nuestras relaciones; que esta nos haciendo sucumbir, perecer, pero nosotros no tomamos ciencia y consciencia de eso. Y, cuando damos cuenta, ya estamos dominados, tomados. Cuando la persona percibe, el virus ya creció en ella, ya se propago por su cuerpo, ya la dejo totalmente debilitada, entonces, si estuviese combatido el virus antes, él no tendría tomado la proporción que tomó.

Nosotros necesitamos, con el corazón atento a Jesús, nos convirtiendo

Ninive tomó consciencia porque escuchó a Jonas, así como nosotros necesitamos escuchar los médicos, los profesionales de la salud, a todas las orientaciones; y nos precaver para no quedar enfermos y perecer porque no cuidamos de la salud. Alguien puede decir: “Ah, voy morir porque llego mi día”. No, muchas veces, nosotros morimos porque no nos cuidamos como deberíamos haber cuidado, no nos precavemos como deberíamos. Del mismo modo es nuestra vida espiritual. Dios no quiere que nadie muera.

Así como Ninive escucho a Jonas, necesito decir: “Nosotros necesitamos escuchar a Jesús, necesitamos escucharlo. Necesitamos, con el corazón atento a Jesús, no convertimos, dejar que el Evangelio convierta nuestras actitudes, cambie las cosas en nosotros que necesita cambiar. Nosotros necesitamos dejar que la Palabra de Jesús sembrada en nuestro corazón produzca frutos de conversión”.

De nada vale escuchar: “¡Ah, que bonito, que lindo! Mira lo que él hablo, dio eso para él”. La Palabra de Dios es guiada a mí, y, si escucharan a Jonas y se convirtieron, aquí esta quien es mayor que Jonas: Jesús. Entonces, la importancia de, en este tiempo de la gracia, escuchamos la predica de Jesús, dejarlo hablar a nuestro corazón y convertirnos.

Mis hermanos, así como la sociedad de alarma para cuidar de lo que hace la sociedad morir, es necesario que nosotros no criemos alardes, y si criemos, de hecho, acusación interior, cambios de actitudes, para no morir por causa del pecado.

¡Escuchamos a Jesús y que Su Palabra nos convierta!

¡Dio te bendiga!

Pai das Misericórdias

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