“En aquel tiempo, Jesús salio de la sinagoga y entró en la casa de Simón. La suegra de Sión estaba sufriendo con fiebre alta y pidieran a Jesús en favor de ella, Jesús amenazó la fiebre y la fiebre la dejó. Inmediatamente, ella se levantó y comenzó a servirles” (Lucas 4, 38-44).
Hacer elecciones es necesario
Hermanos y hermanos, nosotros celebramos, en el día de hoy, la memoria de San Gregorio Magno, que fue Papa y también es doctor de la Iglesia.Pidamos la intercesión de él para nosotros en este día, para que esta palabra que nosotros escuchamos produzca muchos frutos en nosotros.
¿Y nosotros deberíamos preguntarnos, a partir de este texto que nosotros escuchamos, de la cura de la suegra de Pedro, cuales son nuestras prioridades?
¿Cuales son nuestras prioridades?
¡Cuantas veces, hermanos y hermanas, gastamos nuestro tiempo con futilidades y nosotros negamos a donar un poco de él, que es precioso, para las personas que realmente necesitan! A veces, nuestros padres, nuestros abuelos, personas que necesitan de nuestra presencia.
Ya he visto situaciones de jóvenes pasando mal en colas para ver la presentación de cantores famosos, casos de jóvenes que van usar pañales para no salir de la cola y esperar para ver aquella presentación.
Pero, ¿cuál es nuestra disposición, por ejemplo, de acompañar el padre o el abuelo anciano en un hospital? ¿Cual nuestra disposición en pasar la noche despierto con ellos? Entonces, aquí nosotros debemos preguntarnos: cuales son nuestras prioridades?
También cuales las prioridades de nuestro tiempo, el tiempo de calidad que ofrecemos a los nuestros, aquellos que son cercanos.
Tiempo de calidad que ofrecemos a los nuestros
Mis hermanos y hermanas, si estamos hablando de prioridades, debemos preguntarnos si nuestras prioridades no son las cosas banales, las realidades que pasan, una vida siempre inutil, vacía, sin significado.
En el Evangelio de hoy, Jesús nos enseña que debemos tener una mirada de atención para con los que, de hecho, necesitan. En esta situación, nosotros hemos visto la suegra de Pedro.
Y esta mirada para más allá de cumplir nuestras necesidades y voluntades, pero trata de vivir según el Evangelio. Entonces, Jesús miro para la necesidad, para la enfermedad de aquella mujer y la sano. Y una vez que esta curada se puso a servicio. Que así sea con cada uno de nosotros también.
Que el Señor cure nuestro corazón, pues, una vez curados, nosotros nos ponemos a servicio.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!