“El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10).
No podemos dejarnos engañar, pues hay un ladrón que vino para robar, para destruir y matar nuestra vida. El ladrón no vino como ladrón, vino como engañador, como impostor, como aquel que ilude, que roba nuestra vida de las manos de Dios y la lleva para el mal. Él no queda tranquilo sino nos roba, destruye y mata nuestra vida.
Cada vez él comienza actuar más tempranos. Están robando la vida de nuestros niños. Están quitando el sentido de la vida de nuestros niños cada vez más temprano. Estamos permitiendo que el ladrón entre en nuestra casa, pero es el ladrón de almas y de corazones, es el ladrón que está robando nuestros hijos está robando nuestra juventud y nuestros hogares para destruir y, por fin, matar la vida que hay en el sentido de vivir, en el corazón de los jóvenes, de los hijos, de los hombres y de las mujeres, porque él es destruidor y no queda tranquilo mientras no quita el sentido de la vida.
A cada minuto, una persona en el mundo esta quitando su propia vida; a cada minuto, una persona esta perdiendo el sentido de vivir. A cada momento, las personas están se entregando, pues no tienen gusto por la vida.
Es con Jesús que queremos encontrar el sentido cada vez más pleno de la vida
Jesús vino para que tengamos vida plena, vida em abundancia, vida con gusto y con sentido. No quitemos de Jesús el sentido de nuestra vida, no quitemos la vida de nuestra casa, de nuestra familia de la vida de Jesús, porque el mal esta entrando por las ventanas, por las puertas; el mal esta entrando por el aire, por las fibras ópticas, el mal esta entrando, robando, dilacerando, engañando, iludiendo y, por fin, dividiendo y matando la vida.
No nos dejemos engañar, las drogas están entrando con mucha facilidad y no son las drogas ilícitas del mundo, son muchos programas de televisión, los programas que entran por las redes sociales, por la internet, que es verdaderas drogas, hacen personas realmente viciadas, crean tendencias negativas y destructivas, son niños que están jugando de matar unas a las otras.
Es la industria del mal que cada vez más esta difundiendo muerto y no podemos dejarnos seducir por el poder del mal, porque él es destruidor, pone las personas unas contra las otras y vamos perdiendo el sentido de vivir y quitando el sentido de la vida de los demás.
Jesús vino para que tengamos vida, es la vida de Jesús que queremos vivir. Es con Él que queremos encontrar el sentido cada vez más pleno de la vida, y queremos permitir que la vida de Él este en nuestra casa, en nuestras familias, en nuestros hogares. Es la vida de Jesús que rescata la vida de nuestros jóvenes, que salva nuestros matrimonios y nuestros hogares. Por eso, tengamos la vida en nombre de Jesús.
¡Dios te bendiga!
