“En aquel tiempo, entonces Pedro le dijo: «Nosotros lo hemos dejado todo para seguirte.» Y Jesús contestó: «En verdad les digo: Ninguno que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o campos por mi causa y por el Evangelio quedará sin recompensa. Pues, aun con persecuciones, recibirá cien veces más en la presente vida en casas, hermanos, hermanas, hijos y campos, y en el mundo venidero la vida eterna” (Mc 10, 28-30).
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Mira, mis hermanos y mis hermanas, parece aquí que Pedro esta trayendo de nuevamente aquella conversación del hijo más viejo de la parábola del hijo prodigo: “Trabajo hace mucho tiempo para el Señor…”, es aquella mentalidad bien monetaria, aquella mentalidad comercial.
Pedro y sus cálculos matemáticos son presentado para Jesús: “Mira, ¿dejamos todo para seguir a Él, y que vamos ganar en cambio?”. Pedro y sus pretensiones; Pedro y su lógica comercial; Pedro y su voluntad de monetizar el discipulado.
¿Cuanto es tu entrega para dios? ¿Cuanto gano haciendo eso o aquello? Mira que, por ahí, existen muchas propuestas escandalosas – repito “escandalosas” en el ámbito religioso. Promesa de una prosperidad absurda para quien habla que es seguidor de Jesús.
Es de causar, a veces, náusea. No sé si siento muchas veces o si las personas queda perpleja de ver determinados discursos que son hechos diciendo que, “en el nombre de Jesús, en el nombre de Cristo, yo tendré coches, empresas, dinero, viagem, fortuna…” Solo porque determino que en el nombre de Dios voy tener ese suceso o alguien determina eso para mí.
Dejemos que el Señor haga nacer en nuestro corazón el deseo por una vida más plena
Si no puedo determinar ni un segundo de mi vida, ¿cómo voy determinar una cosa de la cual no tengo conrol, si mi vida esta en las manos de Dios? Entonces, muchas veces, la verdadera doctrina sobre la prosperidad es distorsionada.
La respuesta que Jesús da para Pedro parece incluso apoyar con ese absurdo, parece incluso decir: “¡Es eso mismo!” Porque Jesús habla: “Van recibir cien veces más. Imagina: ¡Si he dado mucho para Cristo, si voy recibir cien veces más, imagina que valor voy recibir! Las personas incluso podría usar de respuesta de Jesús para poder dar razón para ese discurso. Pero, aquí, los “cien veces más” de Jesús no es material, pero es amor por la vida y vivir la vida con sabor de eternidad.
La última cosa que Jesús presenta es: “Y, en el futuro, la vida eterna”, sabiendo que nuestra vida en este mundo necesita ser vivida con sabor de eternidad. Y, entonces, es lo que tienes — sea tu casa, tu coche, tus propiedades, el dinero que tienes –, todo eso va ser bendecido, porque tu corazón no esta en eso; tu corazón esta en la eternidad, tu corazón esta en Dios. Tu vas ser capaz, incluso, de compartir lo que tienes con los más necesitados; tu vas, incluso, hacer con que tus bienes materiales, que son fritos de tu esfuerzo y de la gracia de Dios, sean instrumentos también para el bien de las personas más necesitadas.
Entonces, hoy, deja que el Señor haga nacer, en nuestro corazón, el deseo por una vida más plena, viviendo las realidades temporales, pero nuestro corazón necesita estar conectado en la vida eterna, que es el sentido de nuestra existencia.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
