23 Oct 2019

Correspondamos a la gracia de Dios

“Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más” (Lc 12, 48)

El Señor Nuestro Dios es justo y misericordioso. Es muy importante prestarnos atención en esto dos adjetivos, porque nosotros queremos que Dios sea solo misericordioso, y Él es extremamente misericordioso para con nosotros. Él no nos trata de acuerdo con nuestros pecados, pero nos trata de acuerdo con su corazón.

Él viene a nuestro encuentro, a cada día, para cuidar de nosotros, para mostrarnos su amor, para levantarnos, para no dejar caídos y postrado en el camino de la vida. El Señor bueno y misericordioso cuida de nosotros, y necesitamos responder al amor misericordioso de Dios con nuestra vigilancia, con nuestro cuidado y con nuestra responsabilidad por los nuestros actos, por nuestras actitudes, elecciones y por la vida que nosotros llevamos.

Quien responde por nuestros actos y elecciones somos nosotros. Quien responde por lo que hacemos o dejamos de hacer somos nosotros. Es la actitud de la madurez, es la actitud del discípulo, del siervo que es responsable por lo que fue confiado a Él.

La gracia de Dios esta actuando en nosotros, sobre nosotros, en nuestra vida y en nuestro tiempo

La verdad es que Dios no esta confiando poco a nosotros, por eso mismo, Él es bondad, misericordioso, u, especialmente, mu justo.

No podemos esperar que Dios trate una persona que no tuvo ni la gracia de conocerlo, de ser evangelizado como nosotros somos a cada día. La Palabra de Dios es sembrada, es puesta, somos advertidos, formados e informados sobre la acción de Dios, por eso necesitamos corresponder a esta gracia.

No seamos como aquel siervo infiel, perezoso, relajado, acomodado, que quiere que se haga prevalecer de la bondad y de la misericordia de Dios, por eso no tome actitud, no se convierte, por eso peca y dice: “Después Dios perdona”, y no se empeña en cambiar de vida, no repara tus males, hace vista gruesa delante de las cosas o, entonces, se comparar: “Mi pecado es pequeño, grande es de aquel otro”.

Tal vez, incluso la materialidad que el otro haga sea mayor que la mía, pero la mí consciencia es mucho más iluminada, porque mucho más recibo de gracia de Dios. Por eso, ahí esta el tamaño de la responsabilidad para con el sagrado.

Dios esta siendo muy bueno y nos revela sus tesoros. Su gracia esta actuando en nosotros, sobre nosotros, en nuestra vida y en nuestro tiempo. Ahora, es necesario tener responsabilidad y seriedad con la gracia recibida.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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