“Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas” (Lucas 21,17-19).

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¡Mis hermanos, hoy es domingo, es día del Señor! Día de participar de la Santa Misa, de estar en comunión con Dios y, consecuentemente, comunión también con los hermanos.

En estos últimos domingos, la Liturgia nos presenta el fin de los tiempos, Jesús que habla del fin de los tiempos, las Lecturas hablan sobre la venida gloriosa de Nuestro Señor. Y, en el Evangelio de hoy, algunas personas hacen señal para Nuestro Señor sobre el templo — el templo de Jerusalen — hecho de bellas piedras, bien adornado.

Y Jesús dijo que no quedaría piedra sobre piedra, todo sería destruído. Que tristeza, ¿no lo es? Pero Jesús estaba llamando aquel pueblo y nos llamando a mirar más allá de la apariencia, además de aquello que es hermoso, una lectura profunda. Nuestro Señor estaba llamando a no tener una fe superficial, emotiva por aquello que se ve, pero algo más profundo.

Y después, entonces, aún dijeran a Nuestro Señor: “Pero, ¿cuando el templo va ser destruido? ¿Cuando estas cosas van ocurrir?” Y Jesús comenzó enseñarlos que vendrían tiempos difíciles.

Tiempos, donde habrían guerras, revoluciones; tiempos difíciles — señales del cielo, peste, terremotos; serían presos o Sus discípulos (aquellos que pertenecían a Él), serían perseguidos, serían llevados a los tribunales, serían odiados. Incluso los parientes, personas cercanas los entregarían, pero Nuestro Señor finalizó: “Pero quien perseverar hasta el fin, ese será salvo”.

Pasaremos por persecuciones, tribulaciones, por la pobreza para llegar hasta el Cielo, pero necesitamos perseverar

Mis hermanos, Nuestro Señor nos esta llamando, aquí, a no deseperarnos por cuenta de los tiempos difíciles, no nos apavorarnos por causa de las persecuciones, por causa de las dificultades, pero perseverar.

el secreto para llegar a la eternidad es la perseverancia; perseverancia en la Palabra, perseverancia en la oración, perseverancia en la caridad.

Los tiempos difíciles, mis hermanos, no es de hoy que nosotros vivimos, muchos otros Santos ya pasaran por tiempos dificiles, fueran perseguidos, fueron muertos, fueran mártires, pero, aún así, la Iglesia sustituyo, la Iglesia permaneció, porque su fe esta en Dios, esta en Nuestro Señor. Y nosotros iremos pasar sí por dificultades.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña en el numero 853: “Con efecto, así como fue en la pobreza y en la persecución que Cristo realizo la redención, así también la Iglesia”.

Mis hermanos, también pasaremos por persecuciones, por tribulaciones, por la pobreza para llegar hasta el Cielo, pero necesitamos perseverar, necesitamos mirar más allá de la apariencia y más allá de las dificultades. Y la Doctora de la Iglesia, Santa Catarina de Senna, también nos enseña: “Debemos soportar todo, porque el sufrimiento es pequeño y la recompensa es grande”.

Las persecuciones, las prisiones, las pestes, los sufrimientos, todo eso es pequeño si nosotros permanecemos en Cristo, porque la recompensa es grande, es el Cielo. Que el Señor nos ayude a perseverar delante de muchas tribulaciones y dificultades.

Permanezcamos seguros en el Señor, en Tu Palabra, en la oración y en la caridad con el prójimo. Es permaneciendo seguros que vamos ganar la vida eterna.

La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!