“Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto». Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta». Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen?. El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí?” (Jn, 14, 7-10).
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Esta es la Palabra del Señor em este día en que la Iglesia celebra la Fiesta de los apóstoles: San Filipe y San Tiago. Este texto nos fue presentado porque el autor sagrado, la comunidad cristiana, experimento muchos cuestionamientos y muchas realidades. Hablo para ti, como es bueno el autor sagrado no responder a las preguntas que fueron hechas por los apóstoles a Jesús. Porque, seguramente, en nuestros corazones muchas de estas preguntas también están presentes. ¡Y que bueno que nosotros podemos tener estas porta voces que nos ayudan a tocar en el misterio de Jesús!
Cuando nosotros leemos, por ejemplo, esta pregunta que hizo San Filipe, la razón en Filipe decir: “Muéstranos Padre”, porque es una cosa maravillosa. Que pedido estupendo Filipe hizo, ver el rostro de Dios.
Ver Dios es la mayor de todas las bienaventuranzas, entonces, era una cosa muy buena, tenía razón para Filipe hacer ese pedido, de pone esta pregunta para Jesús. Pero hay más razón Jesús: “Quien me ve, ve el Padre”, y Él habla: “Ya hace tanto tiempo que estoy en vuestro medio”.
Contemplemos el rostro del Padre estampado en Cristo, contemplemos Dios en todas las realidades creadas
Atención, eso me hizo recordar una canción muy antigua, intitulada “Gracias, Señor”. Esta canción nos habla así: Gracias, Señor, porque es mi amigo, porque siempre conmigo Tu estas hablando. Oculto estás en el verde del bosque, en las aves en fiesta y en el sol a brillar”. Esta musica nos remite a descubrirnos la presencia de Dios en todas las realidades.
Aquí, hablo para ti, no es caer en aquella visión panteísta, por favor. Porque un árbol no es Dios. Dios es quien murió en el tronco de un árbol por amor a mi y a ti, no es una visión panteísta. Pero existen los trazos de Dios en su creación, existe la presencia de Dios en su creación. ¿Por que estoy diciendo eso? Porque, al contemplar Jesús, vemos en Él los rasgos del Padre, el amor del Padre, las acciones del Padre, la forma de ser del Padre y tu corazón. Todo eso nos fue revelado en Jesucristo, Nuestro Señor.
Y fue eso que Jesús justamente quería demostrar para Filipe y los demás apóstoles, y demostrar a cada uno de nosotros: “Hemos vistos el rostro del Padre, hemos vistos el rostro del Padre estampado en Jesucristo, el Señor”.
Y nosotros podemos también ver los trazos de Dios en la obra de la creación. Podemos contemplar la obra de la creación y recordarnos: como Dios es bueno, Él hizo todo eso para nosotros, pensando en nosotros, por amor a cada uno de nosotros. Entonces, hoy, contemplamos el rostro de Cristo, contemplamos el rostro del Padre estampado en Él, contemplemos Dios en todas las realidades creadas y bendecidas al Señor por toda esta bondad manifestada a cada uno de nosotros.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
