“Entonces la madre de Santiago y Juan se acercó con sus hijos a Jesús y se arrodilló para pedirle un favor. Jesús le dijo: «¿Qué quieres?» Y ella respondió: «Aquí tienes a mis dos hijos. Asegúrame que, cuando estés en tu reino, se sentarán uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» Jesús dijo a los hermanos: «No saben lo que piden. Los otros diez se enojaron con los dos hermanos al oír esto. Pero no será así entre ustedes. Al contrario, el que de ustedes quiera ser grande, que se haga el servidor de ustedes, y si alguno de ustedes quiere ser el primero entre ustedes, que se haga el esclavo de todos” (Mt 20, 20-22.24.26-27).

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ese episodio también es conocido de todos nosotros y, hoy, él es presentado cuando celebramos la Fiesta de Santiago Mayor, apostol de Jesús, que aprendió cual era la cosa más importante en el discipulado – tanto que murió martir, también por la espada. Finalmente, él encontró su lugar, uniendo su vida a la vida de Cristo.

Muchas veces o a veces, muchos de nosotros nos equivocamos al hacer pedidos a Jesús por ignorancia. Aquella madre jamás podría imaginar que los lugares a la derecha y a la izquierda eran destinados aquellos dispuestos a morir por el Maestro. Seguramente, aquella mujer estaba llena de buenas intenciones y, como una buena, madre, quería el mejor para sus hijos. Pero ella no tenia idea que significaba estar a la derecha y a la izquierda de Jesús.

Quien quiere ser el primer, que deje el primer lugar para el otro, y entonces sí él va ser el primer en el Reino de los Cielos

Dividir eses lugares con Jesús era elegir el camino de la cruz y no de la gloria; era el camino del descenso, y no de la ascensión social, no era un status social estar sentado al lado de Jesús, pero el Verbo de Dios asumió la forma de un esclavo.Es decir, la “Kenosis” de Jesús, la descenso de Jesús a nuestra condición. Entonces, era descenso.

Que engaño profundo había en esta pobre madre, en estos dos discípulos imprudentes de las condiciones de renuncia, la que están sujetos los que quieren seguir Jesús más de cerca. ¡Eso sirve para los tiempos de hoy, eso sirve para mi y para ti!

Hay mucha gente queriendo ser santo, mucha gente queriendo volver a las raíces del Cristianismo, sea por los valores o por la liturgia; sea por tradiciones, por las ropas etc. Hay mucha gente queriendo volver a la esencia del Cristianismo, pero recordemos que la esencia cristiana es la cruz de Cristo.

Sin la cruz de Cristo, sin eso, todo que nosotros vivimos no va pasar de moda y de exterioridad. Sin la cruz de Cristo, sin la disposición de una vida ajustada a Él, en la renuncia y en el sacrificio, todo eso va ser moda y exterioridad.

El arribismo cristiano es el conflicto por el ultimo lugar. Mira bien, el arribismo en el Cristianismo tiene que ser aquella carrera por quien quiere ocupar el último lugar. Quien quiere ser el primer, que deje el primer lugar para el otro, entonces sí él va ser el primer en el Reino de los Cielos. Esta es la lógica de Cristo, esta es la lógica del Reino.

Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!