“Algunos querían detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él. Los guardias fueron a ver a los sumos sacerdotes y a los fariseos, y estos les preguntaron ¿Por qué no lo trajeron?. Ellos respondieron: Nadie habló jamás como este hombre». Los fariseos respondieron: ¿También ustedes se dejaron engañar? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él?” (Jn 7, 44-48)

Hoy, estamos acompañando todas las controversias que se criaran alrededor de Jesús. En realidad, no era Jesús la controversias, pero sí acoger lo que trajo Jesús, por eso, los hombres comenzaron a discutir y debatir, y los más religiosos, como los fariseos y doctores de la Ley, comenzaran a crear hostilidades, a cerrar los cercos, a crear estructuras para prenderlo. En realidad, ellos querían, a todo costo, poner en descrédito la persona de Él.

Ellos no conseguirán, porque nadie hablaba con la autoridad de Jesús. Como dijo el soldado : “Nadie jamás hablo y hizo como este hombre. ¿Cómo vamos callarlo, repudiar Su voz? ¿Cómo vamos desobedecer a lo que Él enseña, se enseña con autoridad?”.

No basta hablar, es necesario decir con la autoridad de la vida; no basta enseñar, es necesario enseñar con la vida lo que las palabras están exclamando.

Jesús nos enseña a perfecta sintonía entre la practica y la Palabra, entre la vida y lo que es enseñado. Por eso, Él era contradictor, por eso aquellos que no querían conocer la verdad actúan con maldad y, movidos por una profunda crueldad, querían eliminar el Maestro Jesús.

Quien no se calla para escuchar la verdad cría su propia verdad; quien no se calla para escuchar Dios se pone en el lugar de Él

Jesús es causa de contradicciones y disputas entre los hombres. ¿Y por que los hombres disputaban para matarlo? Porque no se callaban.

Quien no se calla para escuchar la verdad cría su propia verdad; quien no se calla para escuchar Dios, para ponerse en el lugar de Él, quien no se calla para dejarse formado por Él, se forma como si fuera un dios, y quiere que los demás piensen, hablen, actúen de acuerdo con lo que él cree, cree y enseña.

Hombres que se ponen en el lugar de Dios contradicen Dios, crían, en realidad, ambientes de disputa, de pelea, de acusaciones y contradicciones para engendrar mal estar en la vida y en las relaciones humanos.

¡Como es importante mirar para los tiempo en que vivimos! Miremos para muchos ambientes de nuestras iglesias, de nuestros grupos, divididos, se acusando y poniéndose unos contra los demás.

¡Miremos la metodología del mundo! Las disputas mundanas entran en la casa de Dios; son hombres religiosos peleando, son hombres creando toda la atmósfera para las disputas y ofensas, como ocurre en nuestros ambientes hoy.

En nuestras redes sociales, se crían los que son a favor y los que son contra; los que son conservadores, progresistas, y los que son a favor y los que son contra el Papa, pero, en realidad, eso no pasa de pensamiento humano, mundano, que invade el sentido de nuestra fe.

Solo puede hablar de Dios quien se calla para dejarlo hablar. Solo puede hablar de Dios quien silencia para dejarlo formar. Solo puede hablar de Dios quien es formado en el camino de la humanidad de corazón de Él.

¡Dios te bendiga!