05 Jun 2019

Busquemos vivir la unidad entre nosotros

“Padre santo, cuida en tu Nombre a aquellos que me diste, para que sean uno, como nosotros”
(Jn 17, 11b).

La gran oración sacerdotal de Jesús es una oración de súplica, de intercesión por los suyos de su tiempo y de todos los tiempos, para que esté en Él.

Permanecer en Jesús no es fácil, porque las fuerzas del mundo nos atraen, nos tiran, y Él esta suplicando para que seamos uno. ¿Lo que es “ser uno”? Es vivir la unidad, porque esta es la expresión de comunión. Mira: Nuestro Dios es único, la comunión de amor que existe en la Trinidad Padre, Hijo y Espíritu santo necesita resplandecer en nosotros, pero solo viviremos la unidad con Dios si tenemos comunión con Él.

La palabra “comunión” necesita ser muy bien vivida, comprendida y predicada entre nosotros y en nuestro medio. La comunión es la expresión evangélica más concreta de amor. Tenemos comunión con Dios es tener amor por Él.

Cuando llamamos el sacramento de la Eucaristía de “comunión”, cuando la recibimos, en la verdad, vivimos nuestra comunión, nuestra unión intima, mística y persona con Dios.

Vamos coger nuestra naturaleza humana débil, pecadora y corrompida por el mal y permitir que la gracia de Dios unifique lo que en nosotros esta dividido, rompido y destruido. Necesitamos vivir en comunión con Él, necesitamos rompernos, abrirnos y entregarnos para tener comunión con Dios, una comunión de unidad, de amor y entrega; por encima de todo, unión que busca unidad con Dios.

Esta comunión entre nuestra naturaleza de Dios no es la comunión que hace con que todo sea igual, porque no somos iguales a Dios ni podemos ser. Él es Señor y Dios de la naturaleza divina. Nosotros somos esta criatura humana pecadora, pero Dios nos permite vivir en comunión con Él, Mira la diversidad que todos nosotros podemos vivir en la unión y en la comunión con Dios.

Necesitamos vivir la comunión entre nosotros. La más bella expresión de comunión con Dios es cuando tenemos comunión unos con los otros, comulgamos del mismo pan, porque, muchas veces, comulgamos, del mismo Espíritu, de la misma palabra, pero no conseguimos vivir la unidad entre nosotros.

Solo viviremos la unidad si tenemos comunión con Dios

Cada uno quiere tirar para un lado y la falta de testimonio que nosotros cristianos, en el mundo en que vivimos, es no testimoniar la comunión.

Hacemos cuestión de poner en evidencia nuestras diferencias, nuestras opciones y nuestros rótulos. Rotulamos y rotulamos los demás cuando solo existe una gracia que nos salva: la gracia de la comunión con Cristo, la gracia de estar unidos al Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Todo que pasa de la comunión es invención humana del egoísmo, del individualismo que quiere prevalecer sobre lo que Cristo vino traernos: la comunión con Él y nuestra comunión unos con los otros.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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