“Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día” (Lucas 24, 45-46).

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¡Amados hermanos y hermanas, que grande podemos seguir este itinerário pascual! Aquí, quiero traer lo que nosotros ya hablamos sobre los discípulos de Emaús: la Eucaristia es la presencia del Resucitado. La lectura de hoy habla que JEsús abrió la inteligencia de los discípulos para comprender que Él no estaba más muerto, pero que estaba vivo, estaba en el medio de ellos.

Por eso, mis hermanos, la experiencia del camino que todos nosotros hacemos es la experiencia que Dios va moldando en nuestro corazón, va abriendo nuestra inteligencia, nos va abriendo a la escucha de Su palabra y nos va guiando para la vida eterna. ¿Y cual debe ser este camino para ser recurrido? Tenemos nuestra vida allí llevada por la gracia de Dios. Porque, cuando Jesús habla para los discípulos “abriré vuestra inteligencia”, esta diciendo sobre el pecado, aquello que puede apartarlo de la presencia de Dios, de todo aquello que puede endurecer el corazón.

Por mucho tiempo, allí, antes de Jesús dar los señales de Su resurrección a ellos, ellos estaban con el corazón endurecidos, ellos estaban aún, mis hermanos, en aquella vida vieja, ellos estaban volviendo para la vida vieja. Jesús, se da cuenta de eso en la vida de estos dos discípulos de Emaús, nos habla: “Abriré vuestra inteligencia para comprender lo que es la voluntad de Dios”, que el Hijo del Hombre debería ser entregue a los hombres para ser muerto, pero, al tercer día, Él resucitaría, de acuerdo lo que nosotros escuchamos en el Evangelio.

Quien no tiene el corazón y la inteligencia abierta para las cosas de Dios seguirá a[un en la vida vieja

Por eso, mis hermanos, ¿cuál es la misión que nosotros tenemos como comunidad católica, como comunidad cristiana de los discípulos de Cristo? ¿Que debemos hacer? Llevar esta Buena Nueva, esta vida nueva; y nosotros debemos entusiasmar los demás en la Eucaristia. ¿Dónde nuestra inteligencia es abierta? En la Eucaristia, porque el propio Jesús está allí. su presencia real, Su presencia en el cuerpo y en la sangre, en el alma y divinidad que puede abrirnos a la inteligencia paa comprender los misterios de Dios.

¿Cual es el mayor hecho de la resurrección? abrirnos y revelarnos los misterios del corazón de Dios. Quien no tiene el corazón y la inteligencia abierta para las cosas de Dios seguirá aún en la vida vieja. ¿Tu quieres seguir en la vida vieja, mi hermano? ¿Tu quieres seguir en la vida vieja, mi hermana? espero que tu no hagas esta opción. Deja el Espíritu Santo abrir tu corazón, tu inteligencia, tu razón, tus emociones. Dejar ser llevado por la Iglesia, por la Eucaristia, por los sacramentos, puede darnos esta vida nueva.

El Sacerdote Léo siempre nos habla en sus predicas “”Buscad las cosas del alto”: quien cree en el Resucitado tiene su inteligencia transformada, renovada y formada por la gracia de Dios para buscar las cosas del Alto. La resurrección y la vida pascual provocan eso en nosotros. Que pidamos al Señor esta gracia, y que nuestro corazón esté abierto, que nuestra inteligencia este abierta para la gracia de Dios y para los misterios que aún Él nos va revelar.

Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!