Jesús envio estos Doce con las siguientes recomendaciones: “A estos Doce Jesús los envió a misionar, con las instrucciones siguientes: «No vayan a tierras de paganos ni entren en pueblos de samaritanos. Diríjanse más bien a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. A lo largo del camino proclamen: ¡El Reino de los Cielos está ahora cerca!” (Mateo 10,5-7).
El Señor dio estas instrucciones a los Doce, pero da también estas instrucciones a nosotros. La Palabra de Dios es actual. Hoy, son muchos los que necesitan de evangelización. Y, de forma especial, como nos recordaba San Juan Pablo II: “Los bautizados no son evangelizados”
De forma especial, hoy, vamos atrás de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Aquellos que hicieran parte, que incluso es de redil de Nuestro Señor, de nuestra Iglesia, pero que, desgraciadamente, no están con nosotros, están en este mundo perdidos. El Señor nos llama a ir al encuentro de estos nuestros hermanos.
Dentro de casa, podemos constatar algunas ovejas perdidas; en el trabajo, a las personas con quien convivimos, conseguimos percibir algunas personas que están perdidas. ¡El Señor nos llama a ir al encuentro de estas ovejas, a evangelizar estas personas! “Pero es tan complicado, padre, evangelizar”. No es complicado, basta que nosotros seamos dóciles, basta que nosotros podamos estar en comunión con Él. Por supuesto, hagamos las lecturas, las lecturas espirituales – el Catecismo de la Iglesia Católica. Tenemos, sí, como abastecernos, nosotros tenemos como ser instruidos, pero no necesitamos, no podemos guardar eso para nosotros, necesitamos llevar la buena noticia a los nuestros.
No podemos dejar de evangelizar, de anunciar el Reino con nuestras palabras
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¿La buena noticia que tu has experimentado debe quedar solo para ti? ¡No! Por eso el Señor nos dijo: “Diríjanse más bien a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Proclamen: ¡El Reino de los Cielos está ahora cerca!”. Hay gente que viene por el amor y hay gente que viene por el dolor. El Señor nos llama, hoy, a anunciar el amor, a anunciar la misericordia; el Señor nos llama, hoy, a anunciar a los hermanos que el reino de Dio esta cerca, que ellos vengan por amor.
Pero, por supuesto, si tu necesita ser seguro, sea también seguro. que Él venga también en el dolor, pero desde que Él venga. ¡Por que el señor quiere salvar a todos, el señor desea salvar a todos!
Que el Señor pueda usar de mí como un instrumento de Él, que el señor pueda usar de ti como un instrumento de Él para llegar a estas ovejas perdidas, por falta de un pastor, por falta de un cuidado.
Somos llamados a evangelizar de forma muy simples, mi gente. Es la presencia, es una palabra, es un consejo, quien sabe incluso una invitación – “Vamos participar del grupo de oración”, “Vamos participar de nuestra reunión, de nuestra oración”, “Vamos nos contratar en una pastoral”. Son realidades muy sencillas. O tu puedes imponer las manos sobre esta persona y rezar por ella, pidiendo que Nuestro Señor la visite. Sin embargo, nosotros siempre podemos hacer algo, lo que nosotros no podemos dejar es de evangelizar, es de anunciar el Reino con nuestras palabras, anunciar el Reino de Dios con nuestra vida.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!