“Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad” (João 1,14).

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¡Feliz Navidad para ti, mi hermano y mi hermana! Finalmente, después de muchos días preparandonos por medio del Adviento pata esta Solemnidad, para esta Fiesta, podemos alegrarnos por el Verbo que se hizo carne, por el Cristo, Dios, Jesús, que ha venido estar con la humanidad.

El Antiguo Testamento, especialmente, revela más este alejamiento que muchos sentían sobre Dios. Por supuesto que, los profetas, hombres de sintonía con Dios, sentían un Dios más cercano, pero al transmitir, el pueblo se sentía aún lejano de Nuestro Señor. Pero ahora no, el Verbo se hizo carne y ha venido vivir entre nosotros.

En la plenitud de los tiempos, el Señor ha venido estar con nosotros. El Señor ha venido en ayuda de la humanidad; Él ha venido para solucionar el peor mal que la humanidad estaba viviendo, y aún esta viviendo: el pecado. El Señor esta llamando a la puerta para entrar, porque desea salvar, Él no quiere perder nadie. Por eso celebramos, más una vez, la Navidad del Señor.

El Verbo Divino se hizo carne y vive en nuestro medio, hizo Su casa entre nosotros

Alegrémonos por el Cristo que ha venido pequeño, humilde y pobre para salvarnos. “¿Pero Él no podría haber venido de otra forma?” Podría haber venido rico, podría haber venido con una alta inteligencia para solucionar todos los problemas políticos y economicos, peor Él ha venido pobre y humilde para lograr los pobres y humildes, para lograr aquellos que se hicieran pobres y humildes. Él ha venido para los pequeños; Él ha venido pequeño y desea que todos nosotros nos convirtamos también pequeños, porque así todos tienen acceso.

Si el Señor viniese poderoso y rico, posiblemente los pequeños no tendrían acesso a Él. El Señor ha venido pequeño, pobre y nacido en una familia sencilla para nos alcanzar.

Acojamos el Cristo que — como nosotros acabamos de escuchar —, se hizo carne y vive en nuestro medio, hizo Su casa entre nosotros, hizo Su morada entre nosotros.

Dios es accesible, y delante de ese Dios que es accesible, acojamos Sus mandamientos, Sus enseñanzas, convirtamos también sencillos, pobres, pequeños, humildes y servidores como el Cristo. Así Él ha venido, así Él nos enseño y somos llamados a imitar a Él.

Que la Navidad pueda ocurrir, hoy, en mi y en tu corazón, principalmente, mi gente, la Navidad va ocurrir siempre por medio de nuestras actitudes de bondad, de misericordia, gestos de misericordia con los nuestros. va ser siempre Navidad si nosotros acogemos el Cristo y si traducimos ese Cristo que recibimos en buenas acciones.

Que sea Navidad siempre por medio de mi testimonio y de tu testimonio de vida. ¡Feliz Navidad!

La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!