18 Nov 2020

Administremos bien nuestros dones

“Está bien, buen servidor, le respondió, ya que has sido fiel en tan poca cosa, recibe el gobierno de diez ciudades” (Lc 19, 17).

Ese es el ejemplo de ese hombre noble, que partió para un país lejos para después ser coronado rey y volver; y él confiá a diez de sus empleados cien monedas de platas para que ellos puedan administrar en este tiempo que él esta fuera.

Aquí hay dos realidades: Primero, sus conciudadano que odiaban y no querían que él reinase; después, por supuesto, hay aquellos empleados a quien él confió administrar sus bienes, confió administrar sus negocios.

El primer fue muy ágil, muy astuto, cogió las cien monedas y las hizo rendir diez veces más: “Muy bueno, siervo fiel. Tu fue fiel en cosas pequeñas, entonces tu recibirás el gobierno de diez ciudades”.

Sabe, es una retorica lo que Jesús esta nos enseñando, porque parábolas son historias de vida que deben servir para ilustrar nuestra propia vida. Dios nos confió administrar sus bienes, administrar el mundo y la casa que estamos.

Si cada uno administrar bien la propia vida, habrá hecho una gran contribución para el mundo ser mejor, para nuestra vida ser mejor. No sea como aquel operario o aquel empleado perezoso que recibió cien monedas, pero simplemente fue un empleado inútil, porque, movido por el miedo, por la falta de iniciativa, cogió las cien monedas y las guardo en un pañuelo, no cogió las monedas y las puso en el banco, no hizo ningún negocio, no administro lo que recibió.

Necesitamos nos impulsar e impulsar los demás para que nadie enterré tus talentos

Administre tu vida, tus talentos y los dones. Ni todos nosotros vamos dar en la misma proporción, y eso no tiene importancia ninguna en el corazón de Dios, porque el mismo que recibió 100 ha rendido 10 veces más, el otro que recio 100, ha rendido cinco veces más, pero lo que es trsite es quien recibió 100 y no ha rendido nada.

La visión aquí no es capitalista, del rendimiento, del lucro, de las finanzas, de lo que voy financieramente ganar. Aquí es justamente quitar de esta visión capitalista la forma como vamos administrar bien la vida, los dones, la capacidad que cada uno tiene.

La vida no esta fácil para nadie, la vida nunca fue fácil para nadie, ahora la vida nunca va ser también bendecida para quien no corre atrás, para quien no hace su parte, para quien simplemente para delante de las dificultades, de los fracasos o de las tentativas de la vida y desanima y se entrega.

Necesitamos nos impulsar e impulsar los demás para que nadie enterré tus talentos, tus dones, para que nadie quede paralizado, para que nadie se entregue a los dolores, enfermedades y pase la vida lamentando o se refugiando en el miedo o en los demás pavores de la vida. Es necesario en la fe ser más que los miedos, arriesgarse, correr atrás, trabajar, dar lo mejor de nosotros para hacer rendirse los dones y los talentos que recibimos del Alto.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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