El tesoro que acumulamos en el Cielo es el amor que depositamos en el corazón de Dios
“No junten tesoros y reservas aquí en la tierra, donde la polilla y el óxido hacen estragos, y donde los ladrones rompen el muro y roban” (Mt 6, 19).
No podemos dejar que el tesoro de nuestro corazón esté preso a las cosas de la Tierra, porque esta es la tendencia de la vida, es mirarnos para ella como si fuera aquí y ahora. La calidad de vida, es miranos para ella como si fuera aquí y ahora. La calidad de vida para algunas personas es el dinero que ellas acumulan, son los bienes que ellas tienen y la rentabilidad financiera que mueve su vida, de forma que, cuando una de estas tres cosas no están bien, muchas veces, el corazón no esta bien, la vida no esta bien. Es un gran engaño y una gran ilusión.
La verdad es que si miramos para las personas que tienen mucho dinero, ellas están sufriendo para tener mucho dinero que tienen, para guardar el montón de dinero que han acumulado. Es la preocupación con seguridad y en hacer rendir más lo que tienen.
Es bueno trabajar honestamente para conseguir mejorar la vida, para tener lo que es necesario para una vida digna, saludable, que es bueno para todos. El problema es donde esta tu corazón, porque donde él esta, allí esta tu tesoro. Tu corazón esta preso a los bienes de este mundo, a los tesoros que tu acumulas, allí tu corazón va estar preso, y el corazón preso a este mundo no consigue absorber las cosas del Cielo.
Con los pies en el suelo, trabajando para tener una vida digna, correcta, ajustada, pagando las cuentas, pudiendo tener solo lo que necesita, pero con el corazón en Dios, en el Alto, acumulando el verdadero tesoro que traza, óxido ni ladrón va robarnos.
Ningún ladrón puede quitar la alegría del corazón de quien es de Dios, ninguna pérdida de este mundo tiene comparación con el tesoro que acumulamos en el Cielo. Acumular tesoros en el Cielo no es transponer realidades materiales ni mundanas para allá. A veces, alguien dice: “El dinero que yo deposito en la iglesia es punto que voy acumular en el Cielo”. ¡No nos dejemos iludir ni engañarnos por esta retórica pervertida!
El tesoro que nosotros acumulamos en el Cielo es el amor que depositamos en el corazón de Dios, es el amor que tenemos para las cosas de Él y para con el prójimo, es el bien que practicamos, la generosidad de nuestro corazón, la caridad de nuestra alma, la misericordia en nuestras actitudes. El tesoro que acumulamos en el Cielo es el perdón que ofrecemos, sin medida, al prójimo.
Acumular tesoros en el Cielo es vivir la reconciliación con nuestros hermanos, con el mundo en que vivimos. Donde promovemos la paz y el bien no promovemos la paz y el bien no promovemos la guerra, la disputa ni la competición por causa de los bienes materiales.
¡Dios te bendiga!