“27 Y después de estas cosas salió, y vió á un publicano llamado Leví, sentado al banco de los públicos tributos, y le dijo: Sígueme. 28 Y dejadas todas las cosas, levantándose, le siguió. 29 E hizo Leví gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros, los cuales estaban á la mesa con ellos. 30 Y los escribas y los Fariseos murmuraban contra sus discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?” (Lc 5, 27-30).

Cuaresma es un tiempo de conversión, ya sabemos de eso. Es tiempo de cambiar, es tiempo de abandonar la vida vieja, es decir, la vida de pecado que vivimos para vivir una vida nueva y volvemos de todo corazón para Dios. ¡Ese es el tiempo favorable para eso!

Hoy, podemos ver que el Señor nos llama para vivir esta vida nueva. Esta invitación de la salvación viene de Dios, es Él quien nos invita a seguir a Él, es Él quien nos invita a vivir esta vida nueva. Y, siendo una invitación de Dios, podemos decidir aceptar o no.

Dios nos deja libre, pero Él nos hace esta invitación, así como hizo para Levi (Mateo), que, al escuchar Jesús le dijo: “Sígame”, él dejo todo y comenzó a seguir Jesús. Y, desde entonces este seguimiento, Levi tuvo su vida completamente transformada; él no solo dejo el trabajo que hacia, pero dejo la vida vieja y asumió verdaderamente una vida nueva al lado del Señor, siguiendo el Señor.

No podemos imaginar, mis hermanos, lo que Dios es capaz de hacer en nosotros cuando damos apertura para Él, cuando aceptamos esta invitación “Sígame”. No tenemos dimensión de lo que Dios puede realizar en nosotros.

Es tiempo de abandonar la vida vieja, es decir, la vida de pecado que vivimos para vivir una vida nueva

A veces, debido nuestro pecado, nos sentimos indignos de acercarnos del Señor, además, nuestro pecado, por peor que sea, no es obstáculo para el Señor transformar nuestra vida. Es por eso que Él ha venido justamente para curar nuestras enfermedades, para liberarnos del pecado, para darnos la vida nueva.

Él ha venido para los pecadores, es el medico para sus enfermos. Él ha venido para darnos el perdón, entonces, no podemos tener miedo de acercarnos del Señor, aún que podamos ver en nuestra vida una vida llena de pecados. ¡No podemos tener miedo de acercarnos!

Si Levi fuera alguien perfecto y santo, seguramente Jesús no llamaría, pero Él llamo porque, apartir de la actitud de Levi: seguir a Jesús, la vida de él fue transformando, dando a él la gracia de vivir una vida nueva.

Necesitamos también levantarnos y seguir, es decir, reconocer que no puedo más seguir llevando una vida vieja, pero que necesito asumir la vida nueva que Jesús ha venido para darnos, para ofrecer.

Que podamos aceptar esta invitación, no tenga miedo de acercarse del Señor, Él ha venido justamente para nosotros que somos pecadores.

Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!