29 Dec 2019

Su familia es muy sagrada para Dios

“José se levantó, tomó al niño y a su madre, y volvieron a la tierra de Israel” (Mt 2, 21)

En este domingo, celebramos la gracia de la Sagrada Familia, Jesús María y José. Es necesario decir que nada es más sagrado para Dios que la familia, porque Él es la familia divina, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Dios nos dio Su Hijo para que pudiera vivir en una familia. Jesús podría haber ido vivir solo, haber nacido de forma milagrosa, pero, en los designo eternos de Dios, la salvación pasa por la familia.

En primer lugar, es la familia que necesita ser salva para que la humanidad sea salva. No hay como salvarnos la humanidad y la vida, si no salvarnos nuestras familias, si no tomamos conciencia del valor sagrado de nuestra familia. Dios quiso hacerse hombre en la familia para que toda familia se convierta, en Él, sagrada.

Su familia es muy sagrada para Dios, ella es sublime. Nada es más importante para ti que su familia. Luche, reza y este con su familia, valorice su familia por encima de cualquier cosa. Ningún amigo, ningún trabajo, ninguna conquista de vida es mayor que la conquista, el rescate y la salvación de la familia.

Nuestra sociedad moderna no promueve la familia como familia, por el contrario, promueve muchos ataques a la familia. ¿Y quien puede defender nuestras familias? Aquel que vino salvarla: Jesús.

Por eso, en el centro de nuestras casas y de nuestras familias, Jesús necesita estar en primero lugar. Pero si tu pones la situación económica, los valores materiales, el consumismo, si en el centro de tu casa el más importante es la televisión y los medios de comunicación y muchas otras cosas, tu familia va diluyendo el valor sagrado que ella tiene. Si tu pones tus intereses en primer lugar, tu familia se va dilacerarse.

Dios quiso hacerse hombre en la familia para que toda familia se convierta, en Él, sagrada

Yo hablo a ti, de todo mi corazón: ponga Jesús en el centro de tu familia y de tu casa, deja Él vivir en tu familia como Él vivió en la familia de Nazareth, en el medio de María y de José. Jesús también quiere estar en tu casa.

Que tu casa se reúna alrededor de Jesús, que tu casa se reúna para entregarse a Jesús, que tu casa se reúna para invocar el nombre de Él.

Eso tiene que comenzar de nuestras propias comida. Es triste como las familias se alimenta porque no se alimentan de Dios, de la Palabra de Dios, y, cuando se reúnen para comer juntos, otras cosas tiene más importancia; un va ver la televisión, el otro no quita el teléfono móvil de la mano y no hace una oración para expresar la comunión familiar.

Comienza a prestar atención en cosas que parecen sencillas e insignificantes, pero son tan importantes para rescatar el valor sagrado de una familia.

¿Cuando tu familia se reúne para rezar? ¿Cuando ustedes expresan la comunión de Dios en la vivencia familiar?

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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