Familias, se reúnen alrededor de Jesús, ponen a Él en el centro, ponen la Palabra de Dios como vínculo fundamental de toda la familia
“Mujeres, respeten a su marido, como corresponde a los discípulos del Señor. Maridos, amen a su mujer, y no le amarguen la vida. Hijos, obedezcan siempre a sus padres, porque esto es agradable al Señor. Padres, no exasperen a sus hijos, para que ellos no se desanimen” (Col 3, 18-21).
Hoy, contemplamos y celebramos la Sagrada Familia. La Sagrada Familia: Jesús, María y José, son para nosotros una escuela de familia, un ejemplo, un modelo.
Jesús estaba sumiso a sus padres: María y José; María era sumisa, pero, sobre todo, solicita para con su esposo; José, era un hombre dócil y amable con su esposa María.
Necesitamos rescatar valores evangélicos en el seno de nuestras familias, necesitamos que nuestras familias sean el lugar de la gracia, de la acción de Dios, por eso, necesitamos quitar de nuestras familias, elementos que no agregan santidad y ni bendiciones para ellas.
Necesitamos poner cada vez más elementos santificantes, que renuevan y transforman nuestras familias. ¿Y lo que necesitamos quitar de nuestras familias? Todo lo que desagrega profundamente nuestras familias: peleas, discusiones, insultos. Estas cosas no conviene a una familia en Dios. Necesitamos quitar de nuestra familia la importancia que la televisión, los ordenadores han ocupado. Un smartphoneno puede ser más bello o más importante que el rostro de su amado(a). Aquellos que dan más para estas cosas que para Dios, están dejando que sus familias se “desconecten” de la gracia de Dios.
Necesitamos traer Dios para el centro de nuestra familia. Las familias no pueden sentar delante de la televisión o de los teléfonos móviles; las familias tiene que sentarse alrededor de la mesa para comer juntos, una mirada en los ojos del otro, para juntos compartir la vida. Dios quiere que su familia, Él quiere que su familia sea sagrada. Familias, se reúnen en torno de Jesús, ponen Él en e centro, ponen la Palabra de Dios como vínculo fundamental de toda la familia.
Yo quería y tengo un gran sueño: ver todas las familias reuniéndose alrededor de la palabra de Dios, que sea sólo de un versículo, pero, en la medida en que alimenta un, alimenta dos y, así sucesivamente, la Palabra de Dios se convierte en el único alimento. ¡La Palabra eterna de Dios es la única que puede salvar, bendecir y liberar nuestras familias!
En esta noche, muchas familias están preparando para celebrar el año nuevo, la vida nueva. No tiene vida nueva y ni año nuevo si la familia no vuelve para la Palabra de Dios y ni hace de ella el centro que bendice y irradia gracias a nuestras familias.
¡Dios te bendiga, tu casa y tu familia. Un año nuevo muy bendecido!