“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: “Navega mar adentro, y echen las redes” (Lc 5, 4).
Imagino la frustración del corazón de Simón Pedro y sus compañeros que pasaron toda la noche pescando, pero no pescaron nada, no conseguirán nada. Cuantas veces nosotros también nos encontramos en momentos de frustración en la vida, cuando investimos lo mejor de nosotros, tentamos, pero no logramos lo que queremos, no cogemos los frutos de lo que nosotros sembramos; y, muchas veces, la frustración y la decepción toman cuenta de nuestro corazón.
Jesús está diciendo “no”. Mismo en medio a las decepciones, a las frustraciones, mismo en medio a las cosas que no están funcionando en nuestra vida, no podemos perder la mirada de la fe y de la esperanza. Primero, mantener seguro nuestra esperanza en el Señor, ojos fijos en Jesús para que Él nos pueda guiar por donde nosotros debemos caminar en esta vida. Yo sé que vamos decir: “Ya he tentado”, “Ya hice de todo”, “Ya he luchado por aquí”. ¡No caiga en esta trampa! Mientras tenemos vida, tenemos todas las posibilidades de luchar, de correr atrás, de pensar en nuestras propias elecciones, de ver el lado para el cual debemos lanzar nuestras redes.
Recojase para que, en el fondo de tu alma, la Palabra de Dios pueda resonar, guiar e iluminar lo que parece frustrante
¿Qué es necesario? Primero, dar atención a la Palabra del Señor. Cuando damos atención a la Palabra de Dios, ella nos va dando la posibilidad de ver cosas que no estamos viendo y ver las realidades que no estamos logrando, de iluminar situaciones que están oscuras dentro de nosotros, porque la Palabra de Dios es luz para el alma y para el corazón.
Entonces, como está respondiendo Simón Pedro: “Señor, trabajamos toda la noche y no pescamos nada. Pero, en atención a tu palabra, voy lanzar las redes”. A veces, estamos coleccionando frustraciones, decepciones y tristezas, vamos acumulando en la vida, y paramos en las cosas negativas, no avanzamos, no vamos hacia adelante.
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No podemos dar atención a lo que fue negativo. Podemos incluso mirar en eso para revisar, para pensar, para ver donde equivocamos, pero no debemos parar en los errores, dar atención a la Palabra de Dios para seguirnos adelante, y la Palabra de Dios trae luz y dirección para nuestro corazón. Es por eso que la pesca de Simón Pedro fue abundante, porque él dio atención a la Palabra del Señor.
Recojase en el silencio, en la vida interior, recojase para que, en el fondo de su alma, la Palabra de Dios pueda resonar, guiar e iluminar lo que parece frustrante y decepcionante. ¡Dios tiene la dirección para dar a nuestra vida!
¡Dios te bendiga!