16 Jan 2025

La lepra del pecado

“En aquel tiempo, un leproso se acercó a Jesús, y de rodillas le pidió: “Si quieres, puedes limpiarme”. Jesús, conmovido, extendió la mano, lo tocó y le dijo: “Quiero. ¡Queda limpio!”. Al instante, la lepra desapareció y quedó limpio” (Marcos 1,40-42)

Un leproso

Amados hermanos y hermanas, una realidad muy difícil en la época de Jesús era que las personas eran marginadas y apartadas.

La lepra era una enfermedad aterradora que excluía de la comunión con el pueblo de Dios.

¿Es o no es verdad que tú y yo no podemos estar fuera de la comunión con Dios?

Pero, hermano, hermana mía, el mundo quiere que permanezcas en la lepra del pecado, porque si permaneces en la lepra del pecado, no tendrás comunión con Dios.

Y por eso, hermano, hermana mía, Jesús nos dice hoy que la curación es tan real que Él puede curar tanto como resucitar.

El leproso se atrevió a acercarse a Jesús.

No puedes tener miedo, hermano, hermana mía, de acercarte a Jesús para pedirle que te cure. Y la gran realidad es lo que la lepra, en el sentido espiritual, realiza en nosotros cuando, llamada pecado, nos lleva al pecado mortal, es decir, a que la comunión se nos vaya quitando.

Cuando no estoy en estado de gracia, estoy lejos de Dios. Y Jesús acoge y toca a todos aquellos que, arrepentidos, se acercan a Él.

Hermano y hermana, Jesús prohíbe al leproso publicar esta curación. ¿Por qué? Porque primero quería que el leproso entendiera algo importante. Jesús quería que se convirtiera, que cambiara de vida, para después poder testificar lo que Jesús había hecho en su vida. Y ese era el objetivo de la curación, causar en el corazón de aquel leproso la conversión.

¿Es o no es verdad que, en los tiempos de hoy, las personas reciben de Dios la curación y la liberación de sus males físicos y espirituales? Y después de ser liberados, en vez de vivir una vida de intimidad con Dios, viven una vida de realidad mundana.

Dios quiere librarnos de eso, el poder salvífico de Dios, que Jesús trajo al mundo, no margina a nadie, no separa a nadie, no excluye a nadie. El cristiano es un hombre libre para Dios y para los demás.

Entonces, que el Señor les dé esa gracia, que el Señor les dé esa fuerza de ser tocados por Él, pero para eso, tú y yo necesitamos acercarnos a Jesús; y Él nos está llamando para estar más cerca de Él, para que también nos libere y nos cure.

Descienda sobre ustedes y permanezca para siempre la bendición del Dios Todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!


Padre Ricardo Rodolfo

Padre Ricardo Rodolfo é brasileiro, nascido em 15 de junho 1982. Natural de São José dos Campos (SP), é membro da Associação Internacional Privada de Fiéis – Comunidade Canção Nova desde 2009 no modo de compromisso do Núcleo.

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