“De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna” (João 3,14-15).

Hoy estamos en fiesta, la Exaltación de la Santa Cruz, esta fiesta es por cuenta de la construcción de las dos basílicas que están allí, en el Gólgota, y que están allí en el Santo Sepulcro. La construcción, la dedicación de estas basílicas si ha dado en el día 13 de septiembre del año 335 y, en el día siguiente, fue divulgado, entonces, ha abierto para que el pueblo de Dios pudiese participar de la dedicación de aquella basílica, pudiesen rezar en aquella basílica.

Interesante que, muy antes, en el año 630, el imperador Heráclio tuvo una victoria sobre los Persas y consiguió llevar las reliquias de la Santa Cruz para Jerusalén, para estas basílicas que fueran allí edificadas.

El imperador ha atribuido la victoria sobre los persas también por estas reliquias de la Santa Cruz. Y, mis hermanos, de hecho, la victoria que nosotros obtenemos ha venido por medio de la Cruz, nuestra alegría ha venido por medio de un gran sufrimiento, de una gran tristeza: la muerte de Nuestro Señor, de la muerte del Señor nos ha llegado la vida.

La cruz era expresión de condenación y crueldad, pero, en Jesús, se convirtió bendición

Hoy, nosotros conmemoramos la Exaltación de la Santa Cruz, porque el Padre nos amo en la cruz, el Padre nos amó entregando Su hijo Jesús en la cruz. La cruz era una señal de maldición, la cruz era expresión de condenación, de crueldad, pero, en Jesús, la cruz se convirtió bendición, la cruz se convirtió liberación. Por eso, al mirarnos para cruz, miremos para nuestra liberación, recordemos de nuestra liberación; al mirarnos para cruz, celebremos no la muerte de Jesús, pero celebremos la victoire de Cristo por la obediencia y por la principal exterminio que ocurrió con la cruz: el pecado.

Mis hermanos, nos alegremos hoy, bendita la cruz. La expresión de la cruz, la cruz es la expresión del amor de Dios por nosotros, en la cruz nosotros tenemos la vida y no la muerte, en la cruz nosotros tenemos la alegría y no más la tristeza, en la cruz nosotros no vemos más el castigo, pero nosotros vemos la paz que Nuestro Señor nos ha dado y noda ha dado.

Celebremos la Santa Cruz por muchas victorias que ya fueron logradas; y la principal victoria, la victoria sobre el pecado, la victoria sobre el mal ha venido por medio de la cruz, por eso, la señal de la cruz que nosotros realizamos sea hecho con fe, sea hecho con este recuerdo y con esta esperanza de un día estamos con el Señor para siempre. Haga la señal de la cruz con gran devoción y acoja ya la bendición y acoja ya la liberación para tu vida.

La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!