“«No tengáis miedo de ellos, porque no hay nada encubierto que no vaya a ser revelado, ni nada escondido que no vaya a ser conocido. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a plena luz. Lo que escucháis al oído, proclamadlo desde las azoteas. No tengáis miedo de los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Temed, más bien, a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno»” (Mateo 10, 26-28).
Venciendo el miedo para ser fiel a Cristo
Amados hermanos y hermanas, este día 12 de julio, sábado, muestra, en los versículos 24 y 25 de este Evangelio, lo siguiente: el discípulo no está por encima del Maestro, es decir, Jesús prepara a los discípulos para la realidad de la cruz. Si Él fue rechazado, sus seguidores también lo serán.
Identificación con el Maestro
La misión cristiana implica la identificación con Cristo, incluso en los sufrimientos. ¿Qué sucede en los tiempos de hoy? Nadie quiere pasar por el rechazo, nadie quiere pasar por la cruz, nadie quiere pasar por el sufrimiento, pero Jesús nos prepara, enseñándonos que el discípulo no está por encima de su Señor, de su Maestro. El verdadero discípulo no busca el reconocimiento humano, sino la fidelidad al Maestro.
Quiero ser muy audaz, e incluso con la autoridad que Dios me ha dado como sacerdote. Lo que les falta a los cristianos de hoy es fidelidad a Cristo. Hoy, solo queremos los reflectores, solo queremos los aplausos.
La vida cristiana, hermanos, no se construye con reflectores y aplausos, sino a los pies de la cruz, donde nadie nos va a aplaudir.
Por eso hay muchos cristianos viviendo una fe laxa, una fe sin fundamento y sin ninguna esperanza. Y el Señor nos advierte de que no podemos querer ser más grandes que Él. Vamos a pasar por todo eso.
La exhortación de Jesús
En los versículos 26 y 28, Jesús nos anima a cada uno de nosotros: «No tengáis miedo». Repetido tres veces en este Evangelio: «No tengáis miedo». Es el corazón de este texto.
El miedo es una tentación común en nuestra misión, es decir, miedo al rechazo, miedo a la persecución, miedo a la violencia, miedo a la opinión ajena.
Termino diciendo lo que Jesús nos recuerda: «Lo que está escondido será revelado, y la verdad del Reino triunfará».
El llamado a la auténtica fidelidad
Hermanos, busca ser fiel a nuestro Señor Jesucristo. No te preocupes por lo que vayan a decir de ti, porque dijeron mucho de Él, pero Él permaneció firme en la voluntad de Dios.
Que Dios nos ayude, que el Espíritu Santo nos inspire.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!