“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer“ (Jn 15, 12-15).

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Mis hermanos y mis hermanas, hoy es Domingo, día del Señor, es el sexto Domingo de la Pascua, uno de los textos más bellos del evangelio de San Juan nos fue presentado hoy, saber que Cristo nos hace sus amigos, es decir, nos llama a una relación de intimidad con Él.

Para expresar una gran intimidad en la cual cristo nos llama, Él presenta la negativa “No te llamo siervos, porque este no sabe que hace su Señor” El Siervo él puede incluso saber algunas informaciones de su señor, pero él no entra en la intimidad, él no come sobre la mesa, él no se sienta para charlar, él no conoce los secretos, él no escucha un “yo te amo”, el siervo recibe dinero o comida por el cual hace y nunca un abrazo y un beso.

La belleza que el cristianismo trae para nosotros, es justamente salir de una vida de siervos y entrar en una vida de amigos, una vida vivida en el amor de Cristo, es salir de esta realidad servil para una realidad basada completamente en la gratuidad, el bonito es que eso no es reservado solo para algunos, no son pocos los privilegiados, todas son llamados a entrar en ese estilo de vida, la primera lectura de ese Domingo nos recuerda eso, incluso aquellas personas que están viviendo un estilo de vida de amor esteril, amor interesado, amor que utiliza el otro amor basado en la atracción sexual, amor que en la verdad no es más amor. ¡Exacto! Estas personas son invitadas por el propio Cristo a salir de estos contextos y al entrar en el corazón de Jesús.

Cristo nos hace Sus amigos, es decir, nos llama a una relación de intimidad con Él

Es bueno que consigamos el ejemplo de Pedro, de la primera lectura d hoy y vamos entendiendo que Dios nos hace acepción de personas pero Él acepta aquellos que quieren volver para la casa del Padre. Por eso, los guardianes de la justicia y de la severidad, cuiden para no convertir en siervos de la puerta del Reino del Cielo, y cuidado para no quedar fuera, y no reconocen que Cristo nos llamo a una relación de amistad, de intimidad.

Damos gracias al Señor por ese presente que él nos ha concedido de de convertirnos amigos, convertirnos íntimos de su corazón.

Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!