“En aquel tiempo, se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer. El, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio, y repudiarla. Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios.” (Mc 10, 2-6).
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Seguramente, ya habéis escuchado aquella expresión: “Aquella persona esta loca”. Eso se refiere a la persona que no estaba plenamente en el uso de la razón. La ciencia se elevo y nos ha iluminado mucha cosa. Dramáticamente, existe persona que sufren del mal de Alzheimer, de la demencia y de otras enfermedades de la mente.
Yo no estoy aquí hablando de ciencia, pero quiero hablar de la enfermedad espiritual que apareció en el Evangelio de hoy, la llamada esclerocardía, en la cual Jesús se ha referido en el Evangelio de hoy como la dureza de corazón. La ciencia moderna llama de fibrosis miocárdica, es decir, la degeneración de las célula musculares que responden por la contracción del corazón cuando hay una degeneración de estas célula, el corazón pierde el ritmo, él se va endurecer y estas célula van perdiendo su capacidad.
Jesús advirtió sobre esra perdida del ritmo de Dios, es decir, corazones que ya no baten en el ritmo de Dios, pero van en el ritmo del mundo. Y el asunto fue divorcio. Al lado de eso, una avalanche de distorsiones del amor original entre hombre y mujer en el plan de Dios. En la actualidad, el poliamor, trisal, vivir juntos, uniones ilícitas y muchas otras cosas.
Las distorsiones del amor original
Todas estas situaciones tiene el amparo de los medios de comunicación que es pagana por medio de las telenovelas, de la industria fonográfica, de las músicas, en el cinema, en el teatro. El diagnostico de Jesús es más que una regla matrimonial.
Aquí, yo no quiero dejar de acoger, seguramente, las muchas personas que sufren, en el matrimonio, por ejemplo, una elección equivocada del otro conyuge. Quien ha fracasado es quien ha traído. Entonces, no ponga culpa en ti por el error de los demás.
La persona que ha perdido el brillo de la lealtad, por sí solo, ya es una persona infeliz. Nadie esta condenado a una vida sin dignidad. Especialmente se entra en escena algún tipo de agresión, agresión física, daño a los hijos.
Todo el mundo se casa pensando en una opción definitiva, del contrario, el matrimonio ya sería nulo desde el comienzo. Nosotros solo vamos considerar que, donde hay lugar para el perdón y un recomienzo, el divorcio no puede ser la única opción.
Vamos abrir nuestro corazón, vamos volver nuestra mente y nuestro corazón para Cristo, para la forma de Dios pensar todas las cosas.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!