“Al atardecer de aquel mismo día, Jesús dijo a sus discípulos: “Crucemos a la otra orilla del lago. Despidieron a la gente y lo llevaron en la barca en que estaba. También lo acompañaban otras barcas” (Mc 4, 35-36).

“En aquel mismo día”, ¿cuál era ese día? Después Jesús habla sobre el misterio de la gracia de Dios (nosotros escuchamos ayer, por medio de la parábola de la semilla), Jesús no solo explica las cosas del Reino, pero encarna delante de los ojos de Sus discípulos. Nos habla la Palabra: “Al atardecer” recuerda la conclusión de alguna cosa, la muerte, algún desenlace, y en eso esta Jesús presente delante de una debilidad, delante de una muerte, de un sufrimiento de alguien que tu ama, de una situación difícil. Al atardecer, Jesús esta presente porque incluso en las situaciones más dolorosas de nuestra vida, más frustrantes, aparentemente, Jesús se hace presente.

Él dijo: “¡Vamos para la otra orilla!”, no llegamos aún al fin, existe un éxodo aún a ser hecho, existe un pasaje, existe un camino a ser seguido, existe aún una liberación a ser lograda en nuestra vida, en mi vida y en tu vida. Existe algo de mí y de ti que aún no conocemos y, por eso, aún no vencemos, es necesario seguir para la otra orilla, es necesario aún permitir que Dios haga algo en nuestra vida.

Él quien nos da la gracia de Su presencia, es Jesús quien se pone en nuestras realidades y en nuestras situaciones

Era noche, ¿había quer se luego por la noche? Una barca cruzando el lago de la Galilea por la noche era muy peligroso. ¡Sí! Son en los momentos más crueles que aprendemos las lecciones más importante para nuestra vida, es donde aprendemos confiar más en Dios, son en los momentos dolorosos, es cuando existe noche, es cuando existe oscuridad, es en ese momento que aprendemos más de Dios.

En la Palabra nos habla que ellos despidieran a la multitud. Tenemos que aprender también a desconectar de las cosas y de las personas para aprender a escuchar Dios; desconectar el teléfono móvil, salir de las redes sociales, dejar las series de televisión, para huir de un lugar para el otro, quitar el ruido de músicas, de fiestas, de los pasatiempos que nosotros tenemos en nuestra vida. Tenemos que tener coraje de despedir las multitudes para estar solo con Dios, tenemos que tener coraje de enfrentar las tinieblas de nuestro interior.

Y en la Palabra nos dice que ellos llevaran Jesús con ellos así como estaba en la barca, no son los discípulos que están con Jesús, es Jesús quien esta con los discípulos, fue Jesús quien había llamado los discípulos para estar con Él, la iniciativa fue de Jesús porque la iniciativa es siempre de Cristo, es Él quien nos da la gracia de Su presencia, es Jesús quien se pone en nuestras realidades y en nuestras situaciones, Él quiso hacerse presente.

Cuando adoramos, cuando comulgamos y cuando alabamos el Señor en todo lo que nosotros vivimos, somos honrados con la presencia de Jesús. Como es bueno experimentar la presencia de Jesús, como es bueno experimentar la presencia de Él, en este momento de reflexión de la Palabra de Dios. ¡Él esta con nosotros!

Sobre todos vosotros, la bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¡Amén!