“En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá” (Lucas 1,39).
Hoy, celebramos la visita de María a nuestro continente americano. Celebramos la visita de María a América Latina. Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de todo ese continente, apareció a Juan Dieguito para manifestar el amor de Dios al corazón de nuestro pueblo. La América Latina con sus contradicciones, con sus sufrimientos y opresiones, vividas desde su colonización es amada, querida y esta en el corazón de Dios y jamas abandonada.
La América marcada por pueblos sufridos, por pueblos que pasan por muchas situaciones de opresiones y pobreza es amada y cuidada por Dios. Nuestra Señora apareció a Juan Diego para decir: “No tengas miedo, yo soy Tu madre”. Nuestra Señora también quiere ir a casa de cada uno de nosotros, como Ella fue con prisa a casa de Isabel para estar con ella, para ser la presencia de Dios, para ser la portadora de la gracia de Dios.
María también quiere ir a casa de cada uno nosotros, necesitamos abrir las puertas así como Isabel abrió las puertas de tu corazón para acoger Aquella que trae el Salvador.
Abre tu corazón, abre las puertas de tu alma y de tu casa para que María pueda entrar
¡En este tiempo de gracia en que vivimos, llamado Adviento, que venga el Señor! Y es María que viene traerlo para nosotros, es María que lleva el Salvador y Ella esta de puerta en puerta. En la puerta de nuestro corazón, en la puerta de nuestra casa, en la puerta de nuestro trabajo, donde quiere que nosotros este, ella esta trayendo, Ella esta viniendo a nuestro encuentro.
Pero así como hay muchas puertas cerradas que no se abren, hace muchos corazones que también no se abren para la gracia. La madre tierna, compasiva, llena de amor, ternura y bondad trae para nuestro corazón, nuestro Salvador.
Abre tu corazón, abre las puertas de tu alma y de tu casa para que María pueda entrar, porque Ella viene traernos el Salvador. Abrimos nuestras puertas para muchas cosas malas, negativas, estas son incluso maldiciones para nuestras casas, dejamos entrar muchas cosas por medios que parecen inocentes, pero no son.
En nuestra casa y en nuestro corazón entra por las redes sociales, por nuestros computadores, por la televisión mucha cosa nociva, vieja, estropeada, que hemos hecho perder nuestra casa, nuestra familia, nuestros hijos.
No levanta, no va dormir y no viva ningún momento sin abrir tu corazón para que María pueda entrar, para que Ella pueda traer Jesús, para que Jesús pueda limpiar y quitar lo que nos pierde y pueda traer siempre lo que nos salva y rescata.
¡Dios te bendiga!
