“El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Jn 14, 21-24).
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Amados hermanos y hermanas, el padre Jonas, en Canção Nova, siempre priorizaba para la comunidad el bautismo en el Espíritu Santo. ¿Por que? Porque es por el bautismo en el Espíritu que la vida nueva es inserida en nosotros. Nosotros hablamos, en el día de ayer, de permanecer en la vid. Pero, ¿quien hace crecer eso en nosotros? El Espíritu de Dios. Por eso Jesús esta diciendo para nosotros: El Defensor, el Espíritu Santo, Paraclito, va hacer con que nosotros recordemos todo aquello que son los misterios de Dios para nosotros.
Por eso, mi hermano, mi hermana, solo amaremos a Dios, y solo guardaremos la Palabra de Dios si somos llenos del Espíritu Santo. ¿Por que? Porque la propia Palabra, por medio del apostol Pablo, nos habla que es el Espíritu que viene en ayuda de nuestras debilidades, es el Espíritu Santo que nos convence de nuestros pecados; y si nosotros vivimos una vida en el Espíritu, nosotros vamos amar a nuestro Señor, nosotros vamos guardar Su Palabra; y no solo guardarla, pero también vivirla, que es el más importante. Porque quien guarda reflexiona, medita, interioriza y después actúa.
Es así que nosotros debemos vivir en los tiempos de hoy, donde todo esta fuera de orden. Y si nosotros no somos hombres del Espíritu Santo, no tendremos la capacidad de ir en dirección contraria que el mundo hoy nos ofrece. Nosotros estamos, mis hermanos, como cristianos siguiendo en dirección contraria, y eso es algo difícil de lidiar. Pero si nosotros somos llenos del Espíritu Santo, Él nos va recordar que el Padre y el hijo están con nosotros, caminan con nosotros.
Cuanto más nosotros nos acercamos de la luz, más nosotros vamos apartarnos de las tinieblas, pero sin el Espíritu Santo, eso no es posible
Por eso, mi hermano, mi hermana, quien no ama y no guarda la Palabra de Dios se pierde fácilmente. Es lo que nosotros estamos viviendo en los tiempos de hoy, un enfriamiento dentro de la Iglesia Catolica, pero no solo de la Iglesia, pero en vários ramos de otras religiones, por no guardar más la Palabra de Dios, no se guarada más Sus mandamientos, no se hace más lo que que es la voluntad de Dios. Estamos buscando nuestros propios interes, estamos buscando nuestros propios placeres, y eso esta oscureciendo nuestra conciencia, nuestra fe, el relativismo que esta entrando en la Iglesia, esta entrando en el corazón de los cristianos. “¡Ah eso es pecado! ¡Eso no es pecado!” Vamos relativizando incluso los que es pecado, y eso nos lleva para la mentira, nos lleva para las tinieblas, para la oscuridad.
Mi hermano, mi hermana, cuanto más nos acercamos de la luz, más nosotros vamos apartarnos de las tinieblas, pero sin el Espíritu Santo eso no es posible. Pide al Señor, hoy, esta gracia, sea un hombre lleno del Espíritu Santo, sea una mujer llena del Espíritu Santo de Dios, porque así el Espíritu nos va recordar, es Él que noa va defender, es Él que nos va dar coraje, fuerza, parresia, audacia. Es Él que va darnos el impulso para cuando nosotros cuestionarnos por los valores en que creemos. El Espíritu Santo va darnos palabras de aciertos, porque es eso que Jesús esta nos hablando en el final de este Evangelio, el Espíritu nos va recordar todo aquello que nosotros debemos hablar, la forma que debemos actuar y como debemos proceder.
Yo quiero pedir al Señor esta gracia en este momento de reflexión, de esta homilía, sea lleno del Espíritu Santo de Dios, para que el Espíritu santo te lleve a conformar con una vida cristiana verdadera y autentica.
Que Dios te bendiga, que Dios te guarde. Que Dios te ilumine.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
