“A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más. Yo les indicaré a quién deben temer: teman a aquel que, después de matar, tiene el poder de arrojar al infierno. Sí, les repito, teman a ese” (Lucas 12,1-7).
Para que puedas reflexionar y comprender el vídeo necesitas ‘accionar el subtitulo en español’:
Si somos hombres, hombres y mujeres de Dios, nada en este mundo debe causarnos temor, excepto el temor de perder la vida eterna. A eso sí debemos temer, porque si somos de Dios, nuestro único temor debe ser el de perder la salvación eterna.
Nuestra vida aquí en este mundo es solo un camino. Estamos en camino hacia nuestra verdadera vida, la que está oculta en Dios. Y en vista de ello, necesitamos vivir una vida que sea coherente con nuestra fe. Necesitamos vivir en la transparencia, en la integridad y en la honestidad.
Quien dice una cosa y hace otra, o quien secretamente procede de otro modo, demuestra que no cree en Dios, porque trata de engañar a sus hermanos, pero olvida que a Dios no lo engañamos. Puedes engañar a tus hermanos, a los que están a tu lado, pero a Dios nadie lo puede engañar.
Esfuérzate en llevar una vida coherente con los mandamientos del Señor
Luego, por otro lado, el discípulo de Jesús es el que debe esforzarse por ser coherente entre lo que dice y lo que hace. Aunque esto le cause daño, aunque esta coherencia incomode hasta el punto de perder la vida, pero debe ser coherente con aquello que el Señor le dice. Y para eso, mis hermanos, es necesario tener fe, fe y valentía; fe y valentía para vivir en la verdad, aunque nos cause inconvenientes, aunque la verdad nos cause grandes sufrimientos. Por eso Jesús nos aconseja en el Evangelio de hoy: “No tengan miedo de los que matan el cuerpo, pero no pueden matar nuestra alma, no pueden arrojar nuestra alma al infierno”.
Debemos tener miedo de la muerte de nuestra alma, debemos tener miedo de la condenación eterna, a eso sí debemos tener miedo. Y la incoherencia, además de revelar nuestra profunda ignorancia al querer salvar nuestras vidas aquí en este mundo, revela a alguien que no tiene fe, a alguien que no cree en la salvación eterna. Entre el cuerpo y el alma, el alma es lo más precioso que tenemos, dice Jesús. Todo porque Él nos ama.
El Señor nos dice: “No tengan miedo”, porque Él nos ama. Él, que nos ha creado, también nos conoce profundamente y quien tiene fe no teme vivir aquí, en este mundo, de una manera coherente.
Que el Señor nos ayude, que la gracia de Dios nos ayude a vivir coherentemente, aunque eso nos haga perder la vida terrenal, pero no nos hará perder la vida eterna.
Descienda sobre todos ustedes la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.