“Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin” (Lucas 21,9).

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Mis hermanos, en el Evangelio de hoy, algunas personas están allí, cerca de Jesús, y hablan del templo, miran el templo de Jerusalen bonito, con sus piedras, con su grandiosidad. Y Jesús aprovechó esta oportunidad para decir: “Mira, todo eso va ser destruido, no sobrara piedra sobre piedra”.

Jesús no estaba diciendo solo de una catástrofe que iba ocurrir, no estaba solo profetizando algo exterior, pero al más intimo, más interior. No restaría piedra sobre piedra; y de nada sirve ellos quedaren con la belleza externa, pero la belleza interior, la profundidad en vivir Su Palabra, Su Evangelio. Jesús estaba llamando no a cuidar solo del exterior, pero del interior: “Mira,no va restar piedra sobre piedra, todo va ser destruido”.

Y Jesús fue presentado otras situaciones difíciles, complicadas, persecuciones, otras destrucciones, terremotos señales en el cielo, pero Jesús también dijo: “Mira, ustedes no deben ser aterrorizar con todo eso. Todo eso va ocurrir antes que el Hijo del Hombre venga”. Es decir, los tiempos difíciles vendrán, pero Él también vendrá; la esperanza vendrá, la tristeza estaba allí para ocurrir, pero la alegría vendrá, el Señor. Las catástrofes, los males estaban allí para ocurrir, pero Él volvería para restablecer el orden, Él va volver para restablecer toda la orden.

No quedemos en pánico, pero vivamos aún más el Evangelio, vivamos aún más la Palabra del Señor

Mis hermanos, nosotros ya estamos en esta expectativa de la venida definitiva de Nuestro Señor y, así como en aquel tiempo, también encontremos revoluciones , guerras tiempos de pestes, de enfermedad, estamos viviendo este tiempo. Pero Nuestro Señor también nos llama a no quedar en pánico. ¿Si nosotros sabemos que algo va ocurrir, nosotros ya nos preparamos? ¿No es verdad? Yo sé que va dolor si tocar aquí, entonces, ya me preparo y duele menos. ¿No es así?

Nuestro Señor dijo que tod eso va ocurrir. Si nosotros estamos preparados en la vivencia del Evangelio, en la vida de oración, en la caridad, todo eso va ocurrir, pero nosotros no vamos quedar sin estructura, porque estamos con el Señor y Él esta con nosotros.

Todas estas noticias malas, difíciles, todo que nosotros hemos vivido, mis hermanos, también en nuestros tiempos, en el día de hoy, no quedemos pánico, pero vivamos más el Evangelio, vivamos aún más la Palabra del Señor.

Y, cuando Nuestro Señor nos llamar, con la gracia de Él, estaremos preparados, estaremos viviendo Su Evangelio, viviendo la santidad.

La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¡Amén!