“En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano. Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa” (Jn, 11,19-20).
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Mis hermanos y mis hermanas, hoy, 29 de Julio, celebramos la Fiesta de estos tres hermanos: Santa Marta, María y Lazaro. Incluso un pedido del Papa Francisco, justamente, de incluir Lázaro en esta Fiesta y celebrar los tres hermanos, los santos amigos de Jesús.
Y, hoy, podemos contemplar estos tres relaciomientos que el Hijo de Dios estableció en esta tierra, y para toda la eternidad, que fueron importantes y que colaboran también en el camino de Jesús, en el cumplimiento de la voluntad de Dios.
¡Tres hermanos distintos uno del otro, muy distintos! Marta muy activa, muy conectada en los quehaceres, a las cosas; una capacidad grande de demostrar amar por medio de actos concretos. Marta era aquella que, justamente, demostraba amor en los actos, poniendo sus dones a servicio.
María más contemplativa, demostraba su amor por medio de la escucha, seguramente, era un amiga que le gustaba mucho de escuchar Jesús, compartir las historias de Él.
La amistad es una de las riquezas del relacionamiento humano, es una riqueza para nuestro camino espiritual
Y Lazaro el más débil, no solo por la realidad física, pero cuando nosotros escuchamos el relato, por ejemplo, de la resurección de Lázaro, Jesús tiene que decir: “Lázaro, ven para fuera”, necesita pedir que alguien libere aquellas fajas conde él estaba disperso. Seguramente, tenía una estructura emocional un poco más débil.
Tres personas distintas, pero fueron estas personas con quien Jesús convivio íntimamente. ¡Y aquí nosotros también podemos deducir que la amistad es un gran don de Dios!
Cada amigo tiene su característica exuberante, cada amigo tiene una forma de expresarse, por eso que la amistad es una de las riquezas del relacionamiento humano, es una riqueza para nuestro camino espiritual.
Cada amigo ama de una forma distinta. Como he hablado de los tres: cada uno tenía una forma de expresar su amor por Jesús, cada uno tenía una forma de relacionarse con Él. Porque, en realidad, cada amigo que tenemos, revela un aspecto del amor de Cristo.
Hoy, hacemos entonces una alabanza a Dios por estas personas que hacen parte de nuestra vida y de nuestra historia, que Dios puso en nuestro camino, en circunstancias de nuestra vida. Unos hace poco tiempo, otros hace más tiempo, pero eso también no hace distinción, porque lo que cuenta es ese nivel de intimidad, ese nível de relacionamiento y si existe esta relación bonita de reciprocidad.
Porque Jesús, seguramente, se daba a conocer y conocía Sus amigos, era amado por ellos y amaba profundamente Sus amigos. Ese es el don de la amistad que nosotros celebramos hoy, en la Fiesta de estos tres santos: Santa Marte, Santa María y San Lázaro.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!