“No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí” (Jn 14, 1).
Cuando Jesús esta nos exhortando a no perturbarnos el corazón, es porque el corazón se perturba tan fácilmente delante de las adversidades, de las situaciones contrarias y contradictorias de la vida.
Todos nosotros pasamos por tiempos difíciles, y este no es e tiempo más difícil de la historia de la humanidad ni va ser el ultimo por el cual pasaremos en esta vida. Tenemos varios tormentos y, por todos ellos, pasamos y superamos cuando no quitamos de Jesús nuestra mirada.
Vivimos en tiempos de mucha ansiedad, y ella engendra en nosotros presa, inquietud y perturbación. La ansiedad engendra en nosotros el “aquí” y el “ahora”, que las cosas sean mágicas, y no sabemos más parar y escuchar, no sabemos más posicionar delate del silencio, de la escucha, porque todo tiene que ser aquí y ahora.
El tiempo en que vivimos es tiempo de gracia, es tiempo, especialmente, para quitar las perturbaciones del alma y del corazón, porque somos personas muy perturbadas.
Nosotros nos perturbamos y nos tumultuamos por dentro, porque son muchas cosas acumuladas, tensas, mal vividas, mas resueltas que están sumando dentro de nuestra alma y de nuestra corazón.
Tener fe es poner en Jesús el alma, el corazón, la esperanza, la confianza que necesita nutrir nuestra existencia
Aprovechemos toda oportunidad que la vida nos da para pararnos delante de nosotros y de Dios. Si la vida no nos da la oportunidad, busquemos, porque necesitamos de ella, porque el alma necesita estar delante de dios para se purificar, se renovar, lavarse de muchas aguas sucias que entran en nuestro interior.
Delante de la perturbación del mundo, Jesús esta diciendo: “Ten fe en Dios. Ten fe en Jesús”. Tener fe es más que creer en Jesús. Tener fe es poner en Él el alma, el corazón, la esperanza, la confianza que necesita nutrir nuestra existencia.
Podemos mirar para los horizontes y ver solo oscuridad. ¿Qué va ocurrir? Por tras de toda la oscuridad que viene delante de la luz del Señor. Es saber ultrapasar para ver más allá, para ver más profundo, para ver la dimensión existencial que da sentido a nuestro vivir y a lo que hacemos. ¡Es necesario mirar para Jesús!
Paramos de mirara solo para los problemas, para las cosas que perturban. Miremos para Jesús, porque Él es el camino, la verdad y la vida.
¡Dios te bendiga!
