“Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. Quien tenga oídos, que entienda” (Mt 13, 43).

Jesús esta nos explicando la parábola del joyo. Es interesante que el nombre de la parabola no es la parábola del trigo, es parábola del joyo. Porque el joyo que viene entrando, el joyo que viene como intruso, como aquel que no es invitado, pero como aquel que se manifiesta en el medio del trigal, que es donde la gracia esta.

Quien sembró la buena semilla fue Jesús, el Hijo de Dios, Él que sembró en nuestro medio la semilla en este campo que es el mundo donde nosotros estamos. ¡Y la buena semilla es quien acogió la semilla de Jesús y fue transformado por ella; que cosa maravillosa! Y pertenece al Reino de Dios, pertenece al Reino de los Cielos.

Mira que la semilla tiene el poder de transformar el corazón del hombre, el corazón de cada uno de nosotros que acogemos la semilla de la Palabra. Porque, por fuerza del pecado somos joyo, el mal esta en nosotros, el mal en nosotros, pero mira que gracia, la Palabra de Dios, la semilla de la Palabra en nosotros tiene el poder de destruir todo y cualquier joyo, todo y cualquier mal y maldad que esta en nosotros y nos forma para sernos el buen trigo del Reino de Dios.

Cuidemos para que la buena semilla de la Palabra de Dios, en nuestro corazón, nos transforme en el buen trigo

En el campo, que es el mundo donde estamos, es necesario tener mucha atención, porque aquello que el bautismo realizo en nosotros, fue transformarnos, fue configurar a Cristo Jesús. Lo que el bautismo realiza en nuestra vida es la obra de Dios en nosotros, pero, desgraciadamente, en lugar de crecernos en la buena semilla, en lugar de ser cultivado en nosotros el buen trigo de Cristo, dejamos que caiga en nuestro corazón la semilla de la maldad y del mundo.

Ya vi muchas personas buenas seguir para el camino del mal, muchas personas que vinieran de Dios y después dejaran. Ya he visto chicos que crecieron conmigo, jugamos juntos y se fueron para otros caminos. Si yo no cuido de la Palabra que esta en mi corazón, como es facil en el mundo de las facilidades como el nuestro, perdernos también; perder el objetivo del Reino de Dios, perder el objetivo de la Palabra de Dios.

Lee más y conozca:
.:Somos semillas del bien
.:Una buena semilla: la alegría

Me preocupa cuando veo que damos más atención a las cosas del mundo que las cosas de Dios. Estamos en el mundo y tenemos que cuidar de las cosas del mundo que están a nuestro lado, ahora tiene un otro mundo, que es un mundo lleno de maldades. El mundo donde el enemigo, el maligno siembra el joyo y el joyo es el diablo con sus travesuras, maldades, crueldades, engaños e ilusiones.

Cuidemos para que la buena semilla de la Palabra de Dios, en nuestro corazón, nos transforme en el buen trigo del Reino de Dios. Solo brillemos juntos de Dios cuando permitimos que la Palabra de Él transforme nuestra vida a cada día.

¡Dios te bendiga!