En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Jn 14, 27).
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Nosotros escuchamos, estos días también, Jesús hablando de no perturbar internamente. Solo que, ahora, Jesús esta hablando algo que hace con que nosotros dejemos nuestro corazón sereno, que es la paz. Y Jesús esta diciendo para nosotros algo importantísimo: “No es paz que el mundo te da, pero la paz que yo te doy”. Esta paz es capaz de tranquilizar toda la tempestad que nosotros estamos viviendo. todo mar revuelto que nosotros podemos estar pasando. Jesús, sabiendo de todo eso, por varias veces en el Evangelio, nos habla: “Y el siguiente.. Cuando los discípulos estaban con miedo, cuando los discípulos estaban desanimados, por tres veces, Jesús llego en aquel ambiente donde ellos estaban, después de su resurrección, y dijo: “La paz esté con vosotros”. Y hay un Evangelio en que Jesús habla por tres veces y después Él dijo: “Sobre Él sopló el Espíritu Santo”.
¿Quien de nosotros no quiere tener paz? ¿Quien de nosotros no quiere vivir en paz? Mis hermanos, nosotros hemos buscado esta paz en lugares que no vamos pensar, que es en las drogas, en la prostituición, en el alcoholismo, en juego de azar y muchas otras cosas que el mundo nos ofrece y, así, nosotros vamos engañando, pensando que allí nosotros vamos tener paz, vamos tener seguridad. ¡Es un, engaño mi hermano, es un engaño, mi hermana! El demonio quiere que tu, realmente, cree en eso, que el poder, el tener, el placer van traer paz. Es una mentira, porque Jesús esta nos hablando: “La paz que te doy no es la paz que el mundo puede darle, la paz que el mundo da es pasajera”.
Me recuerdo que, una vez, con 15 años de edad, yo fui para el show de un determinado grupo de música. Quería mucho experimentar una paz que no estaba teniendo, yo vivía muy angustiado, deprimido, con la mirada para bajo.. Caminaba en las calles desanimado. Entonces, dije así: “Yo voy para aquel show, porque allí yo iba encontrar la paz”, y realmente yo fui. Era un grupo que me gustaba mucho, en realidad, una dupla que me llamaba atención y e gustaba. ¡Allí, mi hermano, mi hermana, cuando ella [la dupla] entró, aquella euforia, alegría! Pero, después de todo aquello, después de bailar, de estar allí con las mujeres, he vuelto para mi casa 5 horas de la mañana. Cuando llegué, he acostado, puse la cabeza en la almohada, pero una angustia tomaba cuenta de mi corazón, yo no fui para ser feliz, yo estaba feliz en aquel día, pero, cuando yo he llegado en casa, aquello acabo, pasó.
No es la paz que el mundo quiere darte, pero la paz que yo te doy
En el día 27 de septiembre del año de 2000, cuando yo tenía 17 años de edad, he encontrado la verdadera paz en un grupo de oración, en la Comunidad Cordero de Dios. Allí, yo hice una experiencia con el Espíritu Santo y he encontrado la verdad felicidad.
Yo quiero decirte que ya son 23 años, y esta paz sigue dentro de mí; esta paz, incluso hoy, no pasó, y aún sufriendo, incluso pasando por angustia o por enfermedad, esta paz sigue dentro de mí, porque no es la paz que el mundo me ofrece, pero la paz que viene de Cristo.
Yo hice una experiencia personal con Cristo, y por eso puedo asegurar para ti: son 23 años de mucha lucha y también con mucha paz, porque la paz viene de Él, de Nuestro Señor, del Resucitado. Si tu estas viviendo angustias, esta desanimado, quiero decirte: ¡Que Jesús te pueda dar, ahora, tu paz y que tu haga un encuentro personal con Él! Que tu vida sea cambiada y que Dios te bendiga.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!