Que Dios nos libre de las falsas pretensiones y nos dé la verdadera mirada para ver el mundo con una mirada de la misericordia

Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: “¡Ha perdido la cabeza!”. Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!”. (Lucas 7,33.-34)

Cuando escucho el Evangelio de hoy, me impresiona la capacidad humana de criticar y ver problema en todo. Todos tenemos problemas no resueltos, pero digo problemas interiores que escondemos y creemos que somos personas resueltas. Pasamos la vida criticando y viendo problemas en los demás, en realidad, el problema somos nosotros. No vemos los problemas que están en nosotros, pero vemos siempre los defectos y los problemas de los demás.

Hay personas que no tienen la capacidad humana de reconocer lo bueno que hay en el otro. Cuando se reúne es capaz criticar, burlarse, ver los defectos, problemas y dificultades en todo y en todos, sin embargo, si tiene que buscar algo bueno, no puedo. O sea, es esa persona que ve errores en todos, pero no es capaz de reconocer sus propios errores. Con eso, no acoge la verdad, la misericordia ni la salvación.

Es lo que sucede con los hombres de la época de Jesús: “¿Con qué he de comparar esta generación?”. Esta es la generación de aquellos que, de hecho, solo viven para reconocer problemas, defectos y dificultades. Cuando miramos nuestras iglesias, comunidades y el mundo en que vivimos, percibimos que ciertamente hay errores, incluso grotescos y, humanamente, nos preguntamos: “¿Cómo pasa esto?”

Este reino está constituido por personas humanas como cualquiera de nosotros. Queremos que los otros entiendan que  somos humanos, pero queremos mirar a otros como si fuéramos divinos, y no vemos lo divino en ellos, vemos demonios.

Incluso a Jesús le sucedió eso, lo rechazaron, veían defectos y problemas. “Jesús está con los publicanos. Come con los pecadores, entonces es un comilón y un borracho. Juan Bautista que lo precedió vino hasta nosotros y no comía ni bebía, entonces estaba poseído por un demonio”.

Para el que quiere ver siempre el lado negativo y problemático de la vida, todo es problema, en todo hay defecto, no hay solución. La persona cree que solo ella es buena y merece reconocimiento.

Que Dios nos cure, nos salve, nos libere de falsas pretensiones y nos dé el verdadero de ver el mundo con una mirada de misericordia.

¡Dios te bendiga!