¡Hola, hermanos! Hoy, viernes, el Evangelio está en Lucas, capítulo 17, y el pasaje que vamos a reflexionar dice lo siguiente:
Acordaos de la mujer de Lot: “Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará. (Lucas 17, 26-37).
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La mujer de Lot, en el Antiguo Testamento, miró hacia atrás mientras Sodoma era destruida, y fue transformada en una estatua de sal. ¿Qué nos enseña este gesto de mirar hacia atrás en el día de hoy? ¿Cuál era su actitud en ese momento?
Mirar al pasado
Ella buscaba salvar su propia vida y, tal vez, volver a las cosas antiguas, no seguir su propio camino, seguir adelante, sin mirar atrás como era la orden.
Su actitud significa apego al pasado de pecado, no solo apego al pasado, que ya sería algo malo, sino un apego al pasado en referencia al pecado también y a la desobediencia. Entonces, todas las veces que cultivamos, en nuestro corazón, esa nostalgia de las cosas equivocadas, de las cosas de Egipto, Jesús nos advierte, en este día, que nos acordemos de la mujer de Lot, que quería una vida de apego a las cosas que ya habían pasado, y no tenía la capacidad de seguir adelante, de seguir el propio camino que Dios tenía reservado para ella.
Por eso Jesús dice: “Quien procure ganar su vida, la perderá”. Analicemos nuestra capacidad de mirar no solo, hermanos y hermanas, lo que Dios nos da, sino en qué nos pide que seamos mejores. ¿Qué nos pide Dios en el día de hoy?
No analicemos solo aquello que ofrecemos a Dios, aquello que hicimos de bueno, porque somos siervos inútiles, hacemos aquello que debería, de hecho, ser hecho. Entonces, no nos gloriemos de eso, sino que tengamos esa atención a lo que el Señor nos pide. ¿Qué se le pidió a la mujer de Lot? Que siguiera adelante sin mirar atrás. Entonces, si el Señor nos pide eso en el día de hoy, también es para que trabajemos nuestro corazón en la obediencia a Dios.
Dios nos pide que caminemos, que sigamos adelante en su voluntad, sin volver a las realidades antiguas, a las realidades de pecado. Porque, como Jesús bien nos recordó en el día de hoy, quien busca ganar su vida, en este mundo, la perderá, y quien la pierda en este mundo la conservará para la vida eterna.
La conservará para la vida eterna. Entonces, que sea así en su vida, que sea así en nuestra vida, en el día de hoy.
Sobre todos ustedes, venga la bendición del Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!
