“«¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y Sidón se hubiesen hecho los milagros que se han realizado en ustedes, seguramente se habrían arrepentido, poniéndose vestidos de penitencia y cubriéndose de ceniza.” (Mateo 11,21).
Mi hermano y mi hermana, todos nosotros necesitamos de conversión. Sea cual sea la etapa en que estás, que estés, nosotros necesitamos de conversión, necesitamos de Cristo, necesitamos cambiar de vida. Y el Señor, aqui, esta llamando la atención de aquellas ciudades que conocían a Dios, que tenían un contacto con Dios, pero que, desgraciadamente, no estaban acogiendo a Dios, no estaban acogiendo a Jesucristo.
Las señales que Dios ya había concedido para aquellas ciudades de Corazin y de Betsaida, los milagros… Y, desgraciadamente, aquellos moradores, aquellas personas no habían acogido la Buenas Nueva de Nuestro Señor. Y por eso que Jesús dio este ejemplo: “Si estos milagros tuviesen ocurrido en Tiro y en Sidônia, ellos habrían hecho penitencia. Pero vosotros, aún delante de las señales que fueron dados, vosotros no se convirtieron, vosotros no hicieran penitencia”.
Mi hermano, mi hermana, ustedes que ya camina hace mucho tiempo con Nuestro Señor, o no hace mucho tiempo así, mira las señales que Nuestro Señor ya realizo, que des cuenta a la acción de Dios, percibamos la acción de Dios y nos convirtamos. Sea cual sea la etapa que tu estés, hoy el Señor nos llama a una nueva conversión, y abrir nuevamente nuestro corazón, nuestros oídos, nuestra mente a Él.
Necesitamos de conversión, necesitamos de Cristo, necesitamos cambiar de vida
Hagamos un buen examen de consciencia y volvamos para el Señor. Hagamos un buen examen de consciencia y percibamos cuanto Dios actúa en nuestro medio, cuanto Dios actúa en tu vida por medio de las pequeñas cosas.
No abandone Aquel que nuna te abandono, pero ame Aquel que siempre te amo y que, hoy, te da una nueva oportunidad para recomenzar, una nueva oportunidad de conversión. No cerremos nuestro corazón, pero abramos nuestro corazón al Cristo, abramos nuestro corazón a Él, percibamos las señales de Él en nuestra vida.
Es interesante que, en el comienzo de nuestro camino espiritual, nosotros conseguimos percibir Dios en muchas cosas, y, con el tiempo quedamos insensibles. Nosotros somos llamados entonces a tener las sensibilidad nuevamente, percibir Dios que nos habla por medio de Su Palabra, percibir el Señor que nos habla por medio de una canción, musicas, percibir el Señor que nos habla en los hechos.
¿Es o no es verdad que el tiempo, hoy, nos llama a la santidad, a una santidad mayor? Conflictos, guerras, eso y aquello, dijo me dijo… ¿Qué el Señor esta nos hablando hoy? Sea santo, sea santa. Abramos nuestros oidos y nuestro corazón a la mensaje de Dios, al Señor que nos habla hoy. En realidades concretas, el Señor nos llama a la santidad.
La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡Amén!