Profesamos nuestra fe en el Resucitado que, se hizo presente en nuestro medio, en el vientre de la Virgen María
“El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lucas 1, 28).
En este lunes, estamos celebrando la Solemnidad de la Anunciación del Señor. Esta solemnidad es siempre celebrada en el día 25 de marzo, nueve meses antes de la Navidad de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo. En este año, el día 25 cayó en un domingo de Cuaresma, por este motivo, la Iglesia lo trasladó para el lunes después de la Octava de la Pascua.
En alegría Pascual, en este tiempo que estamos viviendo, entramos en la alegría que viene de Dios. Entramos en la alegría de contemplar el Señor que se encarna. Profesamos nuestra fe en el Resucitado que, se encarno en nuestro medio, se hizo presente en nuestro medio en el vientre de la Virgen María. Por eso, la presencia de Dios trae alegría a nuestros corazones.
La presencia del Resucitado alegró los discípulos. El ángel esta diciendo a María: “Alegrate, llena de gracia”. ¿Y por que María se alegró? Porque Dios estaba en ella; Él estaba presente, se encarno en ella; Él estaba presente, se encarnó en ella. Es este misterio lindo, maravilloso y sublime que celebramos hoy.
Queremos la misma alegría que el ángel trajo a María, queremos la misma alegría que los ángeles trajeron la Magdalena y a los discípulos, con ocasión de la Resurrección del Señor. Que los mismos ángeles traigan alegría a nuestro corazón. La alegría de saber que Dios esta entre nosotros, que Él se encarno en el vientre de María y ella trajo Jesús para ser el gran regalo de nuestra vida.
Dios quiere estar vivo, encarnado y presente en la vida de cada uno de nosotros. Donde Dios esta, pueden tener muchos motivos para tristezas, desánimos, además, jamás un corazón que tiene Dios es un corazón triste. Ese corazón pasa por situaciones tristes en la vida, por dificultades y problemas, pero no permanece, porque, es una alegría mayor, plena; es una alegría del Cielo, alegría de la presencia divina, alegría de la certeza de que Dios esta entre nosotros.
Un corazón solo es arrasado por la tristeza, cuando sale de Dios y sed lugar a la tristeza en su vida. Permitamos ser tomados por esta alegría de que Dios esta entre nosotros. El ángel dijo: “María, el Señor es Contigo”. Eso tomó cuenta, incendió plenamente y corazón de la Virgen María. Hoy, Dios esta mirando para nosotros y esta diciendo: “El Señor esta contigo. Alegra tu corazón”.
No permitas que ninguna tristeza, decepción, ninguna situación en el cual podamos ser decepcionados o quitado de nosotros a la alegría de vivir, puedan cuidar de nosotros. Hay una alegría única que nadie puede robarnos, porque María ha guardado para siempre; Ella es la mujer alegre, porque Dios entro en Ella y nunca más salió.
¡Dios te bendiga!