Los niños son señales visibles de que el Reino de Dios esta en nuestro medio
“Dejen a esos niños y no les impidan que vengan a mí: el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos” (Mt 19, 14).
Jamás podemos prohibir a los niños de ir até Jesús; de ir a la Iglesia y de acercarse al Reino de los Cielos. ¡Que belleza son nuestras Iglesias llenas de niños! Que belleza ver una madre llevando su hijo en el vientre a la Iglesia. Que belleza ver la madre con un niño en el regazo. Que belleza ver a los niños pequeñas yendo a la Iglesia.
No podemos prohibir, por el contrario, tenemos que llamar, atraer y buscar a los niños porque el Reino de los Cielos pertenece a quien sea parecido con ellas. Es importante recordar una cosa: los niños necesitan ser acogidas, amadas y bendecidas en nuestra Iglesia.
Los niños no pueden ser llevadas a la Iglesia como si fuera un parque de diversión. Ellas necesitan ser llevadas para ser acogidas y entender la importancia y significado que ellas tienen para la Iglesia, según el proprio sentimiento evangélico.
Necesitamos ser los primeros a dar la bienvenida y mostrar para ellas el cuanto es importante para nuestra Iglesia. Necesitamos también, en el día a día, cuidar de nuestros niños, saber de la importancia que ellas tienen para el mundo, para la sociedad y para nuestra fe. Escuchar los niños, rezar por ellas, bendecirlas.
Veo que, muchas veces, los padres ya no bendicen más sus hijos o bendecimos de cualquier forma. Cuando estoy bendiciendo un niño, ella esta también bendiciendo a nosotros con la pureza, con la sencillez y la gracia que emana del “ser” niño.
¡El Reino de los Cielos ocurre cuando sabemos acoger cada niño que se acerca de nosotros! Yo valoro, respeto, amo y bendigo los niños, porque ellas son señales visibles de que el Reino de Dios esta en nuestro medio.
¡Dios te bendiga!