“Quieren ustedes que los compañeros del novio estén de duelo mientras el novio está con ellos? Llegará el tiempo en que el novio les será quitado; entonces ayunarán” (Mt 9,15).
Una de las temáticas importantes, en este tiempo cuaresmal, es la practica del ayuno. Es importante recordar de que, aquí, se trata de un ayuno como practica religiosa, y no el ayuno con otras finalidades, como el cuidado de la salud espiritual, física, emocional y todo más, no podemos olvidar cual es la finalidad del ayuno que hacemos.
Hay muchos ayunos en la sociedad, muchas prácticas, incluso modas; tiene el ayuno intermitente, ayuno de agua, sin embargo, no s el caso hablar sobre estas prácticas, y sí lo que es el ayuno cristiano. El ayuno cristiano es, por encima de todo, aquel que es conectado con la oración y la caridad.
El ayuno cristiano no es simplemente dejarnos de comer, el ayuno cristiano es, por encima de todo, retirarnos para reza, el ejemplo nos es dado por el propio Jesús que, durante cuarenta días, se retiro para el desierto para dedicarse a la oración y por eso durante cuarenta días Él ayuno.
El ayuno es el medio de lograr espiritualmente la purificación interior
En esta Cuaresma, muchos de nosotros nos propusimos a hacer alguna practica penitencial, pero no basta dejar el refresco de lado, el dulce allí, es decir cual fue el ayuno que tu eliges para hacer, si no aplicamos eso en la dimensión de la fe, si no intensificamos, especialmente, aquello que dejamos de lado para dedicarnos a la oración.
El ayuno tiene el poder de corrección, el ayuno tiene poder de disciplinarnos. Entonces, ¿he dejado para corregir de qué? Especialmente, para corregir lo que dentro de mi interior necesita ser cambiado, mi tempera que, muchas veces, esta descontrolada, mis emociones que necesitan de dirección, mi forma agresiva o aquella displicente que muchas veces tengo que ignorar las personas, mi lengua que necesita de control, mi uso de internet, de los medios virtuales que muchas veces es excesivo, sin embargo, cada uno para sí.
El ayuno no es la finalidad, el ayuno es el medio de lograr espiritualmente la purificación interior. Entonces, el ayuno cristiano es hecho con la abstinencia de alimentos, dejamos de comer eso por lo menos una vez en la semana o en los viernes, todos los viernes de Cuaresma es importante (alguien puede hacer más días, pero el más importante es que sea un ayuno que nos corrija.
La otra dimensión del ayuno es la caridad, tanto que la Palabra de Dios nos dice: ¿de qué vale vuestros ayunos, pasar un día sin comer todo el día, si no corregimos la opresión en relación al prójimo, si no nos volvemos para corregir nuestras maldades, si no nos revestimos de la caridad para ver el otro que esta sufriendo y oprimido? (Isaías 58).
El ayuno no es una maratón para ver cuánto tiempo quedamos sin comer, el ayuno es la búsqueda de la disciplina interior y de la corrección de aquello que tanto necesitamos cambiar dentro de nosotros.
¡Dios te bendiga!
